Por Genaro Gabriel Ascencio Ortega
JUAN NAVA STENNER
Estaba el licenciado checando los avances del día,
leía los contenidos que se iban a publicar,
algo llamó su atención y salió a preguntar,
por el pasillo observó que alguien lo veía.
Se acercó y le dijo ¿En qué puedo ayudarle?
mi querido Juan, he venido a retarte,
si ganas aquí te quedas, si no te vas conmigo al oriente,
deja alistarme y al campo de tiro vamos a darle.
Una a una las siluetas fueron derribando,
Iban muy parejos hasta que la huesuda no acertó,
sorprendido del suceso, el Lic. se quedó boquiabierto,
y ella enojada dijo, en castigo a casa te irás caminando.
A la huesuda no le gustó perder y le impuso un cruel castigo,
los detalles están escritos en las páginas de La Voz,
aparece una fotografía en la que salen juntos los dos,
ni chanza tuvo Juan de despedirse de ningún amigo.
ALEJANDRO VALENCIA
La huesuda a una cafetería llegaba,
observó a su alrededor y una gran coincidencia,
ahí estaba Alejandro Valencia,
quien al verla sentarse en su mesa se asustaba.
¿A qué vienes? ¿Acaso mi hora ha llegado?
tranquilo muchacho, solo vine por unas enchiladas,
no quería estar sola, espero no haberte asustado,
a ver si de aquí me invitas a una de esas tocadas.
¿Y tú que sabes de mis gustos huesuda?
bastante, desde Pimpinela, el punk rock, blues y new metal,
y no es el momento de ponerte sentimental,
mejor ponte una rola de María Barracuda.
Solo a mi mamá obedezco y eso en ocasiones,
la huesuda se molestó y le hizo un conjuro,
a muchos se llevó sin razón, se los aseguro,
todo porque Alejandro no entendió de razones.
BIANCA FLORES
Después de jugar futbol Bianca se dirigía al trabajo,
contenta después de haber marcado gol,
un escalofrío la hizo caminar bajo el sol,
y de camino a La Voz tomó un atajo.
Llegó a comprar un sushi y la huesuda la despachaba,
me pones uno tradicional como el que me gusta,
se hizo la disimulada, pues la muerte no la asusta,
pero al salir del lugar observó que la huesuda la acechaba.
¿Qué quieres? ¿Por qué me estás siguiendo?
Tranquila, solo quiero que me tomes unas fotografías,
me mencionas en las redes sociales y ni nada de bibliografías,
no sabes lo feo que cada vez que sucede eso estoy sintiendo.
A Bianca le sonó el celular con una canción de rock que le gustaba,
pero a la huesuda la atemorizaba y se hizo la disgustada,
lanzó un hechizo que a ella en cenizas la convirtió,
y en el otro mundo con ellas la huesuda se divirtió.
PERLA RODRÍGUEZ
Andar en moto y viajar en carretera es lo que más disfrutaba,
sus cosas ponía en una maleta, pues iba bien preparada,
en la gasolinera hacía una última parada,
pues lo que estaba por venir, nadie lo imaginaba.
Durante el viaje alguien se le emparejaba,
era la huesuda que manejaba una moto cubierta de fuego,
¿Jugamos una carrera o te da miedo el juego?
temerosa Perla aceptaba.
Aceleró, aceleró y creía que a la huesuda le ganaba,
pero vaya sorpresa, ella en la meta aguardaba,
desde ese día en el otro mundo Perla pasea,
todo por no leer el contrato y desde allá fantasea.
ALFREDO ARÉVALO
Una tarde tranquila en la oficina diseñaba,
no se daba cuenta que al fondo alguien lo observaba,
un espesor en el suelo a Alfredo lo alertaba,
mientras que su tocayo por un café lo invitaba.
La huesuda los seguía de cerca porque no quería llamar su atención,
pues pese a todo Alfredo tenía que hacer la edición,
comenzaba él armado y sentía esa rara sensación,
no se había fijado que la parca a su lado checaba la edición.
Volteó a verla y le dijo que no podía estar en la oficina,
ella soltó una carcajada y le respondió que hace lo que le da la gana,
que desde hace tiempo a ese cuerpecito ya le trae antojo,
así que lo haces por la buena o por las malas, si no me enojo.
Alfredo le dijo que era casado y que no podía ir con ella,
la parca hizo un berrinche que puso todo de cabeza,
ahora Alfredo diseña desde el panteón con mucha tristeza,
siempre acompañado de buena música y de una buena botella.
SUSANA VÁZQUEZ
Siempre tan sonriente y con buena cara,
disfrutaba de la vida y no imaginaba lo que le esperaba,
mientras de poner en orden las fotos alegraba,
se iba a la cancha y sobre ella se estira.
Ella no sabía que la parca estaba en la grada,
tiro a tiro todo lo atajaba o desviaba,
fue entonces que la huesuda bajó y se le acercaba,
cuando junto a su equipo ella celebraba.
¿Aceptas el reto?, o aquí te despides de los que te aman,
¿Pero de qué se trata? Preguntó Susana asustada,
Si fallo me voy, pero si anoto te llevo amarrada,
Y te llorarán todos los que te estiman.
La huesuda colocó el balón flotando en el manchón,
disparaba y aunque parecía que lo atajaba,
un truco el curso le cambiaba y la parca anotaba,
ahora pena en el panteón y en su cabeza solo tiene un mechón.
JUAN JOSÉ NAVA
Para el triatlón de medios como cada año se preparaba,
natación, ciclismo y correr, las pruebas que enfrentaría,
pero a medirse a ella la parca la invitaría,
siempre le han gustado los retos y el aceptaba.
Mientras nadaban, la huesuda de un pie lo jalaba,
salían a la transición y hacía que se tropezara,
en ella no se puede confiar y por más que se esforzara,
Juanjo no se imaginaba lo que adelante le esperaba.
Tras dejar la bicicleta y ponerse a correr rumbo a la meta,
la huesuda lo esperaba en el podio para que cumpliera la apuesta,
a él no le quedó más remedio que aceptar lo que le deparaba,
pues de la música, de viajar, tomar fotos por siempre se olvidaba.
REBECA AGUIRRE
Mientras leía uno de sus libros favoritos una ráfaga de viento la asustaba,
volteaba a ver a su alrededor y nadie la acompañaba,
del cuarto de revelado, de pronto una carcajada se escuchaba,
creía que era una broma, pero para su sorpresa nadie ahí se encontraba.
Al regresar a la redacción veía alguien ahí sentado,
paso a paso se acercó hasta preguntarle ¿Qué hacía ahí?
vengo por ti, ya te llegó la hora, que no te dé cuchi cuchi,
tú crees que desde hace tiempo te he buscado.
Tu humor negro a la hora de armar policiaca,
lo negro de tu café al vaciarlo en la taza,
tu atuendo negro provoca que se incline la calabaza,
y que yo en el cine me siente en una butaca.
No sabía si la parca andaba borracha por todo lo que decía,
y salía de la oficina corriendo toda despavorida,
salía a la calle espantada y toda descolorida,
un autobús rojo la atropelló y tal vez ese final no se merecía.
GRISELDA VALENZUELA
Siempre servicial es quien al llegar saluda a todos,
con una sonrisa y siempre atenta a las llamadas,
y en algunas ocasiones suelta sus carcajadas,
a todos les cuenta de la meditación y de sus métodos.
La huesuda llegó a buscar al licenciado, pero no la dejó pasar,
no le gustó que la hiciera esperar en la antesala,
y cada vez más enojada, pues ni que fuera una colegiala,
porque para llegar al otro mundo esto la iba a retrasar.
Señorita, si no me puede atender al otro mundo me lo llevaré,
molesta le dijo, cállese, a mí no me va a ordenar,
fue tanta su molestia que sin avisarle la fue a condenar,
no sabe con quién se metió y en el inframundo la empolvaré.
A partir de ahora quien lleva las cuentas de la huesuda llevará,
todo por perder la compostura y con la parca pelear,
pero ahora su alma por aquel lugar va a pepenar,
todo por no darle turno ni una cita le renovará.
JORGE CASTRO
Con una sonrisa en el rostro siempre lo verán en el trabajo,
quizá no saben de quien hablo, solo no le pierdan el rastro,
siempre acepta las sugerencias, él es Jorge Castro,
una de esas tardes del escritorio una fotografía extrajo.
En la imagen estaba la parca, quien a lado de una tumba se veía,
pero luego de observarla bien, esta desaparecía,
una risa nerviosa no lo delataba, sino al contrario la parca lo acompañaba,
¿Qué quieres de mí? Que a ti no te esperaba.
Esa sonrisa me hace falta tenerla en el otro mundo,
para que las personas no me vean feo cuando lleguen a ese lugar,
que no entienden que cuando están allá es para descansar,
pero todos creen que es feo y un lugar iracundo.
¿Eso quiere decir que me vas a llevar parquita?
ya lo has dicho, qué bueno que seas una persona tranquila,
y sin poder despedirse de nadie se formó en la fila,
todo por no querer discutir con esa huesudita.
ISAAC MUNGUÍA
Llegaba a La Voz y a sus compañeros sonsacaba,
vámonos que es quincena y alcanzamos botana,
la huesuda los observaba y tras ellos en caravana,
reían y compartían la comida mientras se acercaba.
Así te quería encontrar Isaac y todo porque el pdf no me mandas,
no lo dejo ni hablar y a un rincón se lo llevó,
ahora sí, ni una oración te salvará y con un conjuro lo elevó,
se quiso zafar y le dio un duro golpe en sus partes blandas.
A la parca no le gustó que se pusiera rejego y por el contrario,
lo condenó a una vida como si hiciera servicio comunitario,
no en este mundo terrenal, sino en el que está cruzando el umbral,
y ahora hasta parece zombi, pues tiene de lado la columna vertebral.
Y todo por rejego, ahora diseña la web de La Voz para vivos y muertos,
para los vivos, para que no se hagan los muertos,
y para los muertos, para que no se pasen de vivos,
pero eso sí, debe cuidar muy bien los archivos.
GRACIELA ROSALES
Chelita como de cariño la conocen los periodistas y amigos,
le da cobertura a gobierno estatal y cámaras empresariales,
una tarde después del trabajo se fue al teatro a ver unos carnales,
y ahí se apareció la huesuda, de ello hay muchos testigos.
La tomó por sorpresa y le dijo, lo siento este será tu último viaje,
espero que hayas disfrutado del trabajo y de la vida,
y en un dos por tres al otro mundo se la llevó enseguida,
no importa que no traigas para el pasaje o portes un buen traje.
Chelita asustada, ya que no entendía por qué se la estaba llevando,
pero la huesuda ya estaba preparando un buen asado,
preocupada y por si acaso ella estaba rezando,
y es que durante años dice la parca que ya le había avisado.
Trató de escaparse por la puerta de atrás y se vino a tropezar,
por una alma en pena que por nada se fue a condenar,
quiso levantarse, pero la huesuda la vino a alcanzar,
y ahora cumple un castigo más duro por las instrucciones de no acatar.
JORGE GONZÁLEZ
Una noche mientras Jorge diseñaba,
El heavy metal a todo volumen se escuchaba,
la huesuda se le apareció en la canción que con conjuro se versaba,
muy tranquilo, le cuestionó ¿a quién buscaba?
A ti, pues tu música abrió un portal al otro mundo,
por eso estoy aquí y lógico por tu ruido inmundo,
aunque seas muy creativo no te impedirá que te lleve conmigo,
o vienes tranquilo o te consideraré mi enemigo.
Al diseñador no le quedó más que aceptar su triste realidad,
pues por más que quisiera de esta no se podría librar,
y aceptó que en el inframundo nada le iba a asombrar,
pese a que en él va a pasar toda la eternidad.
DIEGO
Como todos los días a producir contenido audiovisual se alistaba,
veía el material y que había para editar ese día,
pero al ponerse sus audífonos algo lo aturdía,
pero al ver la imagen de la parca se espantaba.
Del susto tiraba su hamburguesa y a su lado la parca ya estaba,
¿Cómo estas Diego? Tengo que llevarte conmigo,
te daré una oportunidad si a las cartas juegas amigo,
temeroso repartía, pero no sabía lo que luego le esperaba.
Mientras le daba un trago a su café y veía que en sus cartas tenía una corrida,
con una sonrisa en su rostro creyó que esta mano la había ganado,
pero vaya sorpresa, la parca con póker de ases lo había derrotado,
los tacos del desayuno fueron su última comida.
Ahora desde el otro mundo para la parca a diario diseña,
por escuchar música mientras se tomaba todo a la ligera,
y que en la parca en la partida ganar le impidiera,
porque desde ayer en el otro mundo elabora una reseña.