Graciela Rosales / La Voz de Durango
A inicio de la presente administración se detectaron mil 609 juegos de placas que presuntamente habían sido entregadas a líderes de sindicatos de transportistas como una atracción clientelar que buscaba votos a favor en el proceso electoral.
En su momento, las denuncias se presentaron según lo afirma Jorge Campos Murillo en la Contraloría del Estado y en la Fiscalía, él no fue omiso, hizo su parte.
Han pasado cuatro años y al momento más de mil juegos de placas “siguen bailando”, porque quienes las poseen no las han regularizado, algunos ni siquiera han sido llamados a cuenta para hacerlo y las autoridades no ha procedido a la revocación de estas concesiones de transporte público.
Otros, alrededor de 400 fueron adquirientes de buena fe, porque en su momento pagaron y cumplieron con los requisitos que se enumeran en los artículos del 118 al 123 del reglamento interno de la Ley de Transportes.
Algunos de los poseedores de placas a sabiendas de que había irregularidades se acercaron a la autoridad e hicieron lo conducente para legalizar esta adquisición.
Pero lo que realmente llama la atención es la lentitud con que viene trabajando la Contraloría del Estado, han pasado cuatro años y de acuerdo con datos del titular de Movilidad y Transporte ni siquiera se han resuelto la mitad de los casos y los que se han regularizado en su mayoría ha sido por iniciativa propia.
Hace poco se conoció de otro caso en que un artista duranguense denuncia la pérdida de una obra y la Contraloría tarda un año investigando para concluir que no existe un documento que demuestre que la obra había sido prestada para exhibirla en un evento.
Esa lentitud para resolver, daña la eficiencia, transparencia y profesionalismo que merece la ciudadanía duranguense, que es quien paga a los funcionarios públicos.
Ojalá que pronto la contralora Raquel Arreola Fallad y la Fiscalía Anticorrupción, expliquen por qué la tardanza y cuáles son los fuertes obstáculos que le han impedido en cuatro años resolver este asunto.
Sería excelente para no quedarnos con una mala opinión de su trabajo que por ahora y en ese asunto, se ve lento y negligente.