DÍA NARANJA | Covid 19 y la desigualdad de género

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Por María Esther Díaz Zamora

Estamos iniciando un nuevo ciclo escolar en modalidad a distancia, y las primeras manifestaciones de algunas mujeres son de tensión, preocupación e incluso estrés, es de muchos conocido que  desde el inicio de esta contingencia en el mes de Marzo del presente año,  el trabajo de las mujeres va en aumento, en el cuidado de las personas, en los hogares, en trabajo a distancia o bien en el trabajo presencial en sus aéreas laborales.

Académicos e Investigadores se encuentran analizando este hecho, y podemos observar en las constantes publicaciones de ONU Mujeres, que en  “El cuidado de personas y de hogares en México recae principalmente en las mujeres: éstas asumen en promedio 39 horas semanales de este trabajo no remunerado”.

Y nos exponen los siguientes aspectos:
• Ante el cierre de escuelas y guarderías, se requiere resolver el cuidado de niños, niñas y adolescentes en horas laborales.
• Cuando los sistemas de salud se saturan, la carga de estos cuidados se traslada a los hogares y recae principalmente en las mujeres.
• Las mujeres son generalmente las encargadas de las tareas de educación dentro del hogar, así como de las actividades de limpieza, coordinación logística del hogar, ocio y entretenimiento para las personas integrantes de la familia.
• La situación puede generar inquietudes en las personas dependientes y la contención emocional de estas personas ocupa también tiempo de las mujeres.
• El aislamiento social preventivo, por ejemplo, de personas adultas mayores y/o enfermas, puede implicar una carga de cuidados extra para las mujeres.

A la par de entrever esta problemática nos muestran qué podemos hacer para tratar de solucionar esta desigualdad:

1. Mostrarse corresponsables ante esta situación, en particular con una mejor repartición de las tareas de cuidado. Lavar trastes, preparar comida, mantener la vivienda limpia, lavar la ropa, comprar víveres, atender a niños/niñas, personas enfermas, personas mayores, etc., son tarea de todos y todas, y de todos los días.

2. Tener esta conversación dentro del hogar y acordar la repartición concreta de las tareas para las próximas semanas entre los/las integrantes de la vivienda. La conversación se titula “¡todas/os le entramos!” y podrá generar hábitos positivos que perduren más allá de esta situación.

3. Informarse a través de canales institucionales y transmitir información oficial y fiable. No difundir material con pretensiones humorísticas que reproducen estereotipos de género y/o denigran a las mujeres y las niñas.

Lograr una equidad de género es tarea de todos, y todos los días, “¡todas/os le entramos!” por una mejor sociedad y un mejor futo para nuestra hijas e hijos.