Crisis económica “pega” a aseadores de calzado

  • “Con una despensa no se vive».
  • La pandemia les impidió seguir trabajando; estuvieron 3 meses en casa sin ingresos.

Perla Rodríguez / La Voz de Durango
La pandemia causada por el Covid-19 impidió a muchos sectores productivos continuar actividades de manera normal. Lo que resultó aún más complicado para quienes viven prácticamente al día, con las “chambitas” que van saliendo.
Entre otros, es precisamente el caso de los aseadores de calzado de Durango, por ejemplo, los ubicados en la Plaza de Armas, quienes fueron retirados de la zona y enviados a su casa ante una recomendación de permanecer en el hogar para evitar contagios.

Alfonso López Flores, mejor conocido como “El Cuñis”, aseador de calzado en uno de los espacios dedicados a ello justo frente a la Catedral, expresó que estuvo en casa durante tres meses, lo que le representó nulo ingreso económico para mantener a su familia.

«Me aventé tres meses sin trabajar, encerrado, esperando ayuda. Nos daban una despensa, dos, pero con eso no se vive. No se tiene con un aceite y una bolsa de frijol, se necesitan muchas cosas. Tenemos que quedarnos en casa, pero no podemos».

«Si no hay entradas no hay salidas», expresó al señalar también que además de lo necesario para comer tienen que sacar para el pago de algunas deudas, ropa, recibos de luz, agua, gas, etc.

Al reiterar que sigue habiendo un escenario complicado para quienes se dedican a esta actividad, López Flores hizo el llamado a los Gobiernos estatal y municipal para que se generen estrategias de apoyo.

Por su parte, Víctor Hilario González Olvera, aseador de calzado en el primer cuadro de la ciudad, comentó que al verse limitado a trabajar permaneció en casa, donde aprovechó el tiempo para hacer arreglos pendientes en la vivienda.
Sin embargo, manifestó que es complicado pasar meses sin una actividad económica que le permita sacar para el “chivo”.

«Con ayuda de Dios, si no es por él quién sabe qué hubiera pasado con nosotros, pero aquí estamos. Una que otra despensa recibimos de parte del Municipio, ahí la fuimos pasando».

Mientras tanto, ante una reactivación, pero aún con la pandemia vigente en el estado, González Olvera cumple con todos los protocolos, ofrece gel antibacterial a sus clientes, además de pedir de manera obligatoria el cubrebocas.

Destacó que el trabajo permanece bajo, pero confía en que se irá recuperando poco a poco. «Cuando recién empezamos, veníamos y sin nada de trabajo. A veces dos, tres boleaditas y ya».

Para ser considerado un día bueno, dijo, se tienen que hacer alrededor de 10 boleadas, con eso se saca para llevar lo necesario a casa.

 

 

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