Pandemia impulsó un nuevo negocio; venta ambulante de cubrebocas

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  • ¿En realidad se tiene el cuidado de usar un cubrebocas que genere protección? 

    Perla Rodríguez / La Voz de Durango

Los hay desde 20 pesos, se encuentran prácticamente en cada esquina. Afuera de supermercados, en cruceros, tianguis; una salvación para quienes acuden a un establecimiento y les niegan la entrada por no cubrir las medidas sanitarias para evitar contagios por Covid-19.

Solo basta comprarlo de último momento y listo. Y es que a raíz de la pandemia por el Covid-19, y el llamado a protegerse sobre todo de nariz y boca, la venta de cubrebocas en todo México se volvió quizá una de las actividades con más ganancias.
Por un lado los costos se incrementaron de manera alarmante, bajo una clara dinámica de mayor demanda.
Y por otro lado, comenzaron a fabricarse de todos colores, formas, telas, chicos, grandes, que combinen con el outfit del día. La creatividad se echó a andar, al igual que una nueva forma de venta.
Uno de los vendedores instalados al exterior de un conocido supermercado sobre el bulevar Francisco Villa, comentó de manera anónima que los precios son muy variables, y es que oferta desde los más sencillos hasta los denominados n95, estos últimos en 55 pesos.

También comercializan caretas, de igual manera algunas más completas que otras, incluso con una especie de armazón de lentes, a fin que no se te caiga con facilidad.

Sin duda alguna, esta actividad económica vino a resultar un respiro para cientos de familias que ante la crisis sanitaria perdieron su empleo, o en un mejor panorama les redujeron el sueldo, declararon en quiebra su negocio, entre otros factores negativos.

Entonces, la pandemia impulsó un nuevo negocio, la venta ambulante de cubrebocas. Que a decir de quienes se dedican a ello, “nos va bien, pasan y compran uno, y si al día siguiente lo olvidan, compran otro (…) pero en general sí ha sido un buen negocio”, resaltó una joven mujer que acompañada de su hija vende también dulces en las calles del primer cuadro de la ciudad.

Pero la gran duda es, ¿se está adquiriendo y haciendo uso de un cubrebocas que en realidad protege?. O solo porque así lo exigen para entrar a bancos, tiendas, negocios, supermercados, tianguis, tiendas de conveniencia, restaurantes, etc., etc., etc.