¿Pasado – Futuro?

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MTF. Alfredo Arévalo

En el artículo anterior hablamos sobre la necesidad que tenemos de buscar cosas externas por no enfrentar lo que tenemos dentro, y cómo esto nos va modificando para estar más acorde a las necesidades externas cancelando las necesidades personales anteponiendo las de los grupos a los que buscamos pertenecer.

Esta parte es muy curiosa en nuestra naturaleza, pues si vemos nuestro pasado y preguntamos a nuestros padres y abuelos, la dinámica ha sido la misma siempre, buscamos pertenecer siguiendo lo que se establece en la sociedad, y esta ha sido muy clara definiendo cosas como el amor, familia, éxito, riqueza, amistad, posesiones, etc.

Y nosotros al ser parte de una sociedad recibimos esa formación a lo largo de nuestra vida, en ocasiones queremos buscar una manera de ser diferentes y rechazamos esos parámetros programados, tenemos una etapa de búsqueda de nuestra personalidad y en ocasiones se demuestra con rebeldía, sin embargo, de alguna manera los mandatos familiares y sociales, que tienen el peso de muchas generaciones atrás, nos hacen alinearnos nuevamente, porque al final ¿quién quiere ser rechazado por su familia?

Esta idea marca nuestro comportamiento en muchos aspectos, pues las opiniones de los que amamos tienen más importancia, por ello cuando una madre le dice a su hijo que tiene que trabajar muy duro para que compre sus cosas y viva bien en su casa con su familia, ha programado al niño a conseguir un trabajo pesado, posesiones, casa, esposa, e hijos, todo esto en una sola frase, imagina lo que hemos venido cargando, todo lo que tenemos que cumplir.

PASADO

Nuestras referencias son simples, lo que hemos hecho en nuestro pasado que en parte se complementa con lo que han hecho nuestros padres, hermanos, amigos, y toda la gente que admiramos, viene a ser una vaga idea de lo debemos hacer, me explico. Si mi padre me dice que él trabajo duro toda su vida y poco a poco fue comprando cosas, y nos dice lo orgulloso que se sentía al haber conseguido esas metas, imaginamos lo orgulloso que se sentirá cuando nosotros las consigamos.

Igual con nuestra madre, cuando platica que ella cuando era niña era muy feliz y hacia muchas cosas, que tenía una mascota que quería mucho y que desde muy joven sabía que amaba a tu papá y quería estar con él siempre. Aquí vienen más consignas: ser muy feliz, tener una mascota, amar a alguien y estar con él siempre.

Igual pasa con amigos importantes para nosotros, pero con un significado diferente, aquí no lo tomamos como una obligación el cumplir esas consignas, sino más bien buscamos tener puntos en común con ellos. Si analizamos cuántas cosas hemos tenido programadas nos llevaríamos una sorpresa, pues nuestro camino que creíamos individual y único, tiene demasiadas similitudes.

Podríamos creer que las personas que rechazan a su padre o a su madre no cumplirán las consignas que pusieron en sus hombros, sin embargo, tienen el mismo peso, solo que buscan no cumplirlas, las evitan a cualquier costo. En este caso el cumplir o no cumplir los mandatos viene con una factura si no lo haces, el rechazo por no haber conseguido lo que se pidió y por consiguiente una emoción enterrada que ocasiona algún problema a futuro.

El camino está trazado, solo que nosotros no lo sabemos.

FUTURO

Este camino que viene de nuestro pasado desemboca en nuestro futuro, y están tan ligados que todo lo que nos dijeron cuando éramos niños lo proyectamos para que se cumpla y ser adultos exitosos, creamos una estructura que nos va a ayudar a conseguirlo, donde lo que choque con esa estructura lo eliminamos para que no obstruya conseguir nuestro objetivo.

Idealizamos el éxito, el trabajo, la familia, la pareja, los hijos, el dinero, lo que sentiremos cuando nos enamoremos, cuando estemos plenos, pero el problema con ello es que no tenemos nada, sin embargo, esto ocupa nuestros pensamientos, nos obliga a ser mejores para alcanzar lo que deseamos, pues nuestra vista esta allá en nuestro futuro.

Y pensamos voy a ser feliz cuando compre un carro, voy a ser feliz cuando tenga una novia que me quiera, voy a ser feliz cuando consiga mi título o estudie tal cosa, cuando tenga la tranquilidad de tener “x” cantidad de dinero en el banco, o tenga una casa. Nuestro trabajo está en conseguir todo eso y esforzarnos para tenerlo.

¿Cuál es el problema?

Básicamente en que estamos olvidándonos del presente, lo vemos como algo transicional, entre nuestro pasado que nos da la guía de objetivos a cumplir y nuestro presente que la meta a cumplir para sentirnos plenos, felices y completos. Que hay aquí en nuestro presente que nos da tanto miedo, pues nuestra realidad.

El pasado es un fantasma que venimos cargando, y que creemos que cobrará vida en nuestro futuro, cosa que puede o no pasar, un maestro decía en una de mis clases de maestría “yo no sé lo que voy a comer mañana”, y podríamos debatirlo y pensar, pues si lo planeo, compro lo que necesito tendré la capacidad para saber qué voy a comer mañana y toda la semana; sin embargo, existen variables que no tomamos en cuenta por nuestro deseo de cumplir, y en ocasiones no se cumple lo que soñamos y eso nos frustra demasiado.

Entonces estamos entre dos puntos inexistentes tratando de darles un sentido en el único momento real, queremos cambiar el pasado para que no nos lastime o pensamos en que en un futuro estaremos bien, y como programamos esa actitud positiva para mañana, hoy no vemos nuestras emociones, no sentimos, porque mañana sentiremos felicidad y eso es lo que importa.

Hoy como me siento, hoy que es lo que me hace feliz o me genera tristeza, que voy a cumplir hoy (que si bien servirá para crear un futuro la diferencia está en que no proyectamos la acción a mañana la hacemos hoy). Estoy dispuesto a reconocerme hoy, aceptar mi realidad de hoy, no lo que quisiera hacer o lo que hice; aceptarme a mí como soy, no como fui o como me gustaría ser.

Verme y sentirme hoy, en caso de no gustarme cambiarlo en mi presente.   

La felicidad no está en otro lugar sino en este lugar, no en otra hora, sino en esta hora”. Walt Whitman.

Sobreviviremos al próximo lunes… si cuidamos de nosotros y nuestra familia.

Nuevamente los invito a escribir a mi correo alfredo.adj@gmail.com, en caso de necesitar un apoyo extra.