En Durango, la política no es para todos, y los favores del gobierno, tampoco

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Por Juan Nava Stenner

  • Política chacal nos queda. Oportunistas y vividores, la nueva caterva.
  • Solo 2 gobernadores hicieron lo correcto: José Ramírez Gamero y Ángel Sergio Guerrero Mier.
  • Desaparecieron los ideólogos por un Durango mejor: Sanz Cerrada, Garcinava,, Gabino Martínez, Félix Fraire, Pedro Ávila, H. Elizondo, Mario Cruz Borjas, Beto López Rochel, Jaime Meraz, Gustavo Gómez.

¿Quién no sabe que Durango es un estado grande, pero pobre?, que produce insignificantes aportaciones al Producto Interno Bruto y que, por lo tanto, depende del dinero que nos envía el gobierno central acorde al pacto federal?, ¿Quien no sabe que la llegada anual de ese dinero depende de los caprichos del presidente de la República y de los repartos que mande la Secretaría de Hacienda al Congreso de la Unión donde está visto que Durango tradicionalmente, está mal representado? Además, somos un estado sin aval. No producimos nada pues.

Durango será todo corazón, pero carente de lo básico para subsistir. Territorialmente es extenso, complejo, con selvas y quebradas improductivas, sin caminos, con sierras y desiertos yermos interminables, con tierras estériles que sufren sequías largas y extenuantes. Un estado sin agua para la agricultura y el ganado, con ríos contaminados por erróneos vertimentos y cauces envenenados por deshechos humanos o por sustancias mortales emitidos por las minas y las ciudades. Recientemente, el alcalde capitalino Jorge Salum me revelaba que perforar un pozo es tarea incosteable por lo arcilloso de la tierra y la nula calidad del agua, además el vital líquido hallado en las superficies desapareció, hoy se puede hallar agua a 700 metros, si hay suerte y dinero, y será poca. El futuro de la ciudad se aprecia sombrío parecido al de la Comarca Lagunera. No hay agua ya y en el futuro, menos. La población crece y en 10 años, podría llegar al doble con tanta inmigración a la ciudad de Durango proveniente de otras entidades y municipios. Cada vez llegan más, la demanda de insumos, empleo y bienestar, crece también. La idea del doctor Esteban Villegas sobre compensar a Durango por dotar de agua a Coahuila, Sinaloa y Zacatecas no es descabellada, las lluvias veraniegas que caen sobre las zonas serranas de Durango dan agua de sobra a la producción tomatera de Sinaloa además de otras siembras y producción de ganado; la que se vierte y derrama a la gigantesca presa  de Indé, la Francisco Zarco dota al “Padre Nazas” del líquido para que La Laguna viva y crezca, sea el emporio que es, pero no es gracias al padre Nazas sino al “Padre Durango”. No le resto méritos a los Coahuila-duranguenses, digo que no tienen agua ya, que necesitan a Durango para sostenerse. Nos acecha con ellos la idea de la separación, la idea de constituirse en estado a lo que seguramente tendrán derecho junto con algunos municipios de ambos estados para lograr un presupuesto federal propio. Con el gobierno de la 4t, esa inquietud pudiera tomar forma.

Esta es la única gran contribución que puede ser reconocida a Durango, porque La Laguna y Sinaloa son grandes aportantes al PIB, habría que darle consenso a la idea del diputado Villegas. Idea que nadie vio, hasta hoy.

Entre claroscuros, un Sol que no acaba de iluminarnos con un desarrollo sostenible y sustentable y una oscuridad permanente con una clase política medrosa, rapiñera, mediocre y transa. Con un sector industrial venido a menos que menos, y un sector comercial en manos de fuereños que medran como quieren con la ciudad y nos dotan mercadería que no deja frutos. Todas las ganancias salen para Monterrey, Ciudad de México, Torreón, León y Guadalajara. Es Durango tierra de conquista, donde pulula como un cáncer terminal una población subempleada, con una escuela raquítica, con cero apegos al terruño, donde el alcoholismo ha crecido gracias a la venta desmedida de cerveza y al descomunal crecimiento del consumo de cristal, veneno que se hizo costumbre entre nosotros. Y la amenaza del crimen organizado es como una sombra siempre presente, semioculta, clandestina, subterfugia.

Ahora que los gobernadores de 7 entidades se alistan para exigirle al gobierno federal un reparto equitativo de las participaciones federales, Durango debería considerarlo. No cobramos impuestos y ese es el tamaño de la economía del estado. Durango vive de lo que le cae de la federación.

Pero, arrinconados ante un mundo globalizado y un futuro incierto, a Durango no le queda otra más que su alianza con Nuevo León, Michoacán, Coahuila y Tamaulipas, para exigir mayor atención presidencial. Aunado a otros estados más como Jalisco, la exigencia de los gobernadores no es descabellada sino justa, lo malo es que Andrés Manuel López Obrador no lo siente así. No quiere a Durango, se siente y se nota. Tampoco tenemos Senadores y Diputados que luchen por un trato más igualitario.

En una ocasión cuando hubo que levantar la cara, Ramírez Gamero se engallaba ante Carlos Salinas de Gortari por la autopista Cuencamé-Durango. Para qué quieren autopista si ni la usan, se burlaba Salinas de Gortari. Ramírez Gamero no solo logró la autopista, sino dejó en cero la deuda de Durango ante los acreedores federales.

Con un esfuerzo inusitado, Durango inició los primeros 100 kilómetros de la autopista a Mazatlán bajo la batuta de Guerrero Mier. Ismael la concluyó, Jorge Herrera la presumió. Esa rúa es el despegue de Durango, ¿lo será?, esperanzas hay.

El presupuesto federal que nos entrega el centro no solo ya no alcanza para resolver los grandes paradigmas duranguenses y anhelos más sentidos de la población, sino que con la crisis del Covid-19 frenará irreversiblemente el escaso desarrollo que se aprecia y liquida de una vez, las esperanzas de mejora de ingresos federales y de distribución de las participaciones. Crisis y gobierno ajeno a la comulgata con la 4t, nos margina ya de una manera notoria. No estamos en igualdad de circunstancias con el resto de los estados de la federación y la brecha es cada vez más notoria.

Pero, mirando hacia el interior, ¿qué ofrecemos?, ¿acaso tenemos empresarios y comercios, industria fuerte y decidida? El sueño de la industrialización, o de las maquiladoras, o del entorno mundial quedó en sueño, hoy probable quimera que las nuevas generaciones no ven ni la hacen suya. Los millennials no sienten la identidad y así, los nuevos duranguenses, miran hacia otros lados del país o del mundo.

Desapareció aquella clase industrial que una vez marcó época. El Chibeto Rosas, Miguel Rincón, Carlos Armas Hidalgo, Alfonso Fernández de Castro, Durango ya no tuvo más comerciantes comprometidos e impulsores del empleo y el desarrollo como Beto Martínez Tapia, Bildo Saravia y hombres de empresa hartamente respetados y conocidos como José Saracho Gavilán, Tufic Seade, José Daher, Pepe Lombard, los hermanos Toulet, entre decenas de duranguenses valiosos que se fueron extinguiendo para dejar paso a una nueva clase comercial y empresarial, dependiente de los favores del gobierno agrupados en cámaras cúpula cuyo interés es medrar concesiones solapados por gobernadores inoperantes y mediocres. ¿Cuántos programas de gran visión se han desarrollado sin éxito?, ¿Cuántos de ellos no han servido para justificar gastos irreales con presupuestos gubernamentales que nunca cumplieron su expectativa?; ¿Cuántos embusteros no engañaron a la sociedad para robar concesiones y hacer tantos embustes acompasados por políticos ladrones y gobernantes desvergonzados que dejaron más miserable a Durango? Hay gobernadores y alcaldes que dejaron cuentas pendientes, saldos inconclusos, gastos fantasmas. Ahí están como ejemplo Jorge Herrera Caldera y Ramón Enríquez, periodos nada lejanos. El primero y funcionarios que lo acompañaron tienen cientos de amparos para no ser detenidos y preguntados, porque cuentas claras no dejaron, excesos los vimos todos, abusos también. Jamás se dijo por qué perdimos los terrenos del ex -DIF y menos hubo explicación con detalles del costo de las obras ejecutadas o no ejecutadas. Simplemente se le ha apostado al borrón y cuenta nueva y Durango tiene la memoria corta, tanto como lo que vale una despensa o un favor. Enríquez dejó unos cuentones borrosos como las sombras que ve un ciego. Bueno, de premio su partido (una basura concertacesionada) le dio una senaduría.

Con el impulso democrático desde el año 2000, Durango únicamente ha ganado despojos, visiones políticas obtusas que han entorpecido el mejoramiento social y económico del estado. Si bien Vicente Fox marcó el inicio de una idea democrática abierta, en Durango la cerramos con tantas ideas disparatadas de los gobernantes y ocurrencias de los políticos en turno. Herencia de esos tiempos, solo José Ramírez Gamero que pagó todas las deudas del gobierno estatal y Ángel Sergio Guerrero Mier fueron leales a los principios de durangueñidad y a los intereses del pueblo. Ninguno robó nada, ninguno abusó ni medró con el poder público y de eso sí pueden estar orgullosos sus hijos y nietos. Fueron gobernantes honestos y cabales, ejemplo fiel de lo ideal en un gobernante al frente de un estado carente y pobre. Pero la debacle ocurrió con las administraciones federales panistas de Fox y Calderón, porque sí entregaron a Durango sus participaciones puntuales, pero a gobernadores priistas que no fueron vigilados. La llegada de Peña Nieto y la imposición de Ismael Hernández Deras de su entonces incondicional Jorge Herrera Caldera, terminó con los gobernadores tricolores en nuestra entidad. Aispuro solo ha pagado el revanchismo de peña Nieto dos años donde no le entregaron los recursos completos, luego año y medio de aguantar a López Obrador obtuso y cerrado con Durango y un sexenio que se extingue polarizado con ideas revanchistas y obsesión de poder de los grupos locales resentidos con el triunfo panista. Durango nomás no camina y con la crisis del Covid-19 y lo que se va a derivar, menos.

Pero ante un futuro nada prometedor, oscuro y sombrío, el horizonte no se antoja para nada esperanzador. Tenemos una clase política chacal que buscará hacerse del poder utilizando los métodos más bajos contra sus contrincantes, sin importar principios y legados, independientemente de los partidos políticos que participan, ninguno asegura bienestar y sí una época negra en el quehacer político duranguense. Lo vemos ahorita, como hay diputados y regidores, dirigentes de partidos, que nada tienen qué hacer en política. Ni el PT, ni el PRI ni Movimiento Ciudadano, ni el PAN, ni Morena, ni el PRD presentan una figura política atractiva, ¡Ni una!, sino perfiles pueriles, desgastados, cómplices del saqueo pasado, personajes jóvenes y viejos revanchistas encantados con el chismorreo de las redes sociales (¿Aún benditas?), faltos de identidad que no son lo que Durango necesita, reclama y urge de sus políticos visibles en el espectro inmediato. Partidos políticos centaveros con afiliados ávidos de riqueza no de servicio. No hay ya líderes ni figuras como los hubo en tiempos de Pedro Ávila Nevárez, Albertina Barbosa, José de la Luz Fierro, Don Agustín Ruíz Soto, Alberto López Rochel, “Don Beto” de allá de Fuente del Llano del PRD, Carlos Garcinava Veyán, Margarita Dorador, Doña Beatriz Garcinava, Don Federico Ling Altamirano, Don Jesús H. Elizondo, Jesús Sanz Cerrada, politicazos de antaño muchos de los cuales no tuvieron chances políticos, pero que por lo menos dejaron enseñanza y criterio, exhibieron su compromiso con su tierra, hombres de principios, derechos, limpios… Jaime Meraz Martínez, Gustavo Gómez, Gabino Martínez, Mario Cruz Borjas, Pancho González Ríos, Benito Arredondo Navarrete, Félix Fraire Castañón, Rodrigo Maldonado, Rafael Jacobo Femat, gente de izquierda, talentosa, todos ellos con un amor entrañable por Durango, casados con sus ideas propias, leales y auténticos…

Bueno y ¿ahora?… Ahora, cualquiera es diputado, cualquiera es regidor, cualquiera entra en campaña, a cualquiera lo escogen partidos cualesquiera, cualquiera se apropia de los partidos, de las elecciones y de las conciencias… Viví ese Durango, conocí ese Durango, había lucha política, pero con autenticidad y respeto. Hoy… Hoy no hay uno para el futuro, siquiera medianamente respetable.