Atípico Día de la Madre; se privilegia la salud y la vida

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  • No hubo serenatas, ni flores, ni comidas, se trató de evitar contagios, guardar la sana distancia y salvaguardar la vida.

Graciela Rosales/La Voz de Durango

La pandemia de Covid-19, propició un Día de la Madre atípico, pocas serenatas, florerías cerradas, restaurantes vacíos, pero para ellas, las reinas del hogar, el mejor regalo es la salud de los hijos, de la familia y por supuesto la propia; este 10 de mayo la celebración fue diferente, pues se trató de evitar contagios y salvaguardar la vida.

Otros años, el Día de la Madre genera una movilización notoria, desde días antes en las escuelas se realizan festivales en los que los alumnos bailan, cantan y declaman para honrar a sus progenitoras, sin olvidar la nieve y el pastel para las festejadas.

Las dependencias gubernamentales y las empresas, festejan a las madres con un regalo, un desayuno y dejándoles este día libre para que ellas puedan festejar con sus hijos.

El Centro Histórico luce lleno, desde días antes a la fecha, los centros comerciales registran mayor afluencia y alzas considerables en las ventas.

Los restaurantes comienzan a recibir reservaciones desde una semana antes; ese día es el mejor del todo el año, porque las madres son festejadas con desayunos, comidas o cenas en compañía de sus hijos.

Qué decir de las florerías, en la que tradicionalmente se trabajan horas extras para atender la demanda de arreglos de flores.

Hasta en los panteones hay movimiento, misas por las que se adelantaron en el camino, flores en las tumbas, música en las sepulturas, el ir y venir de los deudos.

En esta ocasión la celebración fue diferente, la contingencia sanitaria en la que se encuentra envuelto casi todo el mundo generó un Día de la Madre atípico con centros comerciales, plazas públicas, florerías y restaurantes cerrados, involucrándonos en una crisis económica que empieza a generar desempleo y falta de liquidez.

Pero, para algunas madres duranguenses, no importa la escasez de serenatas, ni la falta de flores o regalos, porque han entendido que es momento de privilegiar la salud y la vida y quedarse en casa.