MTF. Alfredo Arévalo
Como ya lo hemos visto en artículos anteriores, cada unos de nosotros somos seres emocionales, por lo que durante cada segundo día sentimos alguna, cada una tiene un detonante y una forma de tranquilizarla (en algunos casos de suprimirla), el hecho es que estamos constantemente cambiando.
No me refiero a algún trastorno, sino en el día a día, y cómo se van presentando, cuando vemos a nuestra familia, pareja, hijos, mascota conseguir algo, discutir por algo, etc.; lo que también habíamos visto es que tus emociones te afectan no solo en tu estado de ánimo, también tu comportamiento, decisiones, interpretaciones, puntos de vista, en tu manera de comunicarte, en la forma de relacionarte… y sí, también en tu salud.
Ahora nos preguntamos ¿Qué es la gestión de emociones?, y sobre todo, ¿cómo mejorar tu salud gracias a la gestión de emociones?, hoy en día como ya lo hemos mencionado en el artículo anterior, vivimos una serie de cambios obligados debido al coronavirus; recibimos una sobre información, y lo que se ha contagiado más que el virus mismo ha sido el pánico; esa es una cara de la moneda, la otra es el desinterés, el minimizar la situación.
Al centrarnos en esta situación y los aspectos personales, sociales, económicos y de salud que trae consigo, en alguna de estas esferas nuestras emociones se mueven más, pues nos cuesta entrar en la incertidumbre global, podemos tener una dificultad al estar con nuestros pensamientos tanto tiempo, extrañar a personas, no saber qué será de nuestros ingresos o sentirnos enfermos debido a todos la información que vemos.
Todo esto influye en nuestra salud de manera directa, no solo si llegamos a contraer el virus; el miedo que genera ver cómo el mundo se ha detenido por un tiempo, ver cómo la economía está mal y va a estar peor, a esto sumarle de manera personal nuestras preocupaciones, ver a tus padres que están entre la población de riesgo por el virus, ver que en el supermercado se está acabando algunos productos, que sube la canasta básica, que puedes o no tener trabajo este mes o el que sigue, cada cosa trae consigo una emoción, debido a ello debemos aprender a gestionar nuestras emociones para que no nos afecten tanto.
Qué pasa si tenemos una emoción mucho tiempo
En este caso hablamos de emociones negativas, supongamos que debido a esta situación se presentan el miedo, inseguridad o la angustia. En el primer caso, cuando sentimos ira, estrés, o miedo, segregamos una hormona llamada cortisol, que nos ayuda a vasodilatar, como un ejemplo si tienes un minuto de ira reprimida esta hormona permanece en tu organismo hasta 48 horas.
El cortisol en estas cantidades puede causar erupciones cutáneas, irritación, mal carácter, dificultad para conciliar el sueño, y ante todo debilita la capacidad de nuestro sistema inmune, haciéndonos más débiles ante contagios, infecciones, cansancio. De la misma forma, y para contrarrestar esta sustancia, otras emociones como una sensación de paz y tranquilidad se han asociado a la hormona DHEA, que aumenta la eficacia del sistema inmune, mejora la capacidad antioxidante de las células, la piel y el funcionamiento de la circulación.
Por lo que parte de cuidar nuestra salud ante la contingencia aparte de tomar vitaminas que fortalezcan nuestro sistema inmune, es cuidar que nuestras emociones no lo debiliten.
¿Qué hacer?
Si el miedo genera esto, la solución no es dejar de sentirlo (ni ninguna otra emoción), sino aprender a entenderla y a gestionarla mediante un proceso de cambio que no solo mejore tu salud, sino tu vida, relaciones y experiencias. Para ello algunas actividades te pueden ayudar, ya sea la meditación, tai chi o yoga, acompañados de un poco de actividad física para evitar pensar en exceso.
Si esto no es suficiente, algunos profesionistas de la salud han comenzado a dar terapia vía WhatsApp, o por medio de las redes sociales; esta opción también puede ser de ayuda si crees que no puedes iniciar una gestión emocional o si alguna de tus emociones se ha salido de control.
En este tiempo de cuarentena (y el resto de tu vida) cuídate, genera tu salud, y aprende a tener las emociones de tu lado (no en tu contra), mejora la relación contigo mismo, infórmate con conciencia y curiosidad, lee un libro que tenías guardado, has todo aquello que por falta de tiempo dejaste de hacer y sobre todo, disfruta de estar contigo mismo, para que disfrutes luego estar con otros.
“El mundo que hemos creado es un proceso de nuestro pensamiento. No se puede cambiar sin cambiar nuestra forma de pensar”. Albert Einstein.
Sobreviviremos al próximo lunes… si cuidamos de nosotros.
Nuevamente los invito a escribir a mi correo alfredo.adj@gmail.com, en caso de necesitar un apoyo extra.