Colaboración exclusiva para La Voz de Durango
Por Gregorio Meraz
Washington, DC.
Estados Unidos, nuevo epicentro del Coronavirus, libra una intensa lucha, no solo para contener el mortal brote que afecta ya a 400,000 personas y causado la muerte cerca de 13,000 a las que se suman miles cada día, sino contra un presidente Donald Trump ignorante, incapaz, deshonesto, mentiroso, que tras ignorar durante 2 meses y medio múltiples llamados de alerta del gobierno del Presidente Barack Obama, de las agencias de Inteligencia, del Centro de Previsión y Control de Enfermedades CDC, expertos y hasta 2 memorandums de su asesor más cercano, Peter Navarro, sobre la amenaza del Covid19 “que podría infectar hasta un millón de personas y causar la muerte de cientos de miles más, así como pérdidas a la economía por varios trillones de dólares, Trump no escuchó, mintiendo ahora cuando dice que “nadie vio venir esta pandemia”.
Con argumentos infantiles y sin base -como toda su política-, Trump dijo primero que “Covid-19 era un virus menos letal que la gripes de invierno”, que “tenía absoluto control” con los primeros casos, diciendo cínicamente que “había mucha gente que contrajo Coronavirus y “muchos se recuperaban e incluso, no habían dejado de trabajar; también “que con el calor el virus iba a desaparecer” como por arte de magia.
Todo, con el infantil deseo de “no atemorizar a los mercados financieros” y no perder su reelección.
Siempre nos quedará la duda de cuántas vidas pudieron haberse evitado con un Presidente inteligente y responsable que hubiera previsto esta catástrofe que golpea todos los ámbitos de la vida en Estados Unidos.
Y es que, viendo perder la posibilidad de reelección, Trump atacó y sigue atacando a los Demócratas, para distraer la atención llegando al grado de acusarlos de “haber creado este engaño para destruir su presidencia”.
La criminal pérdida de tiempo del Presidente Trump, permitió la libre y rápida expansión del virus, mientras, sin un plan Nacional de Emergencias para coordinar, en lugar de obstruir, desesperados esfuerzos a iniciativa de los gobiernos estatales -sin apoyo federal- para contener la epidemia, en hospitales saturados, sin respiradores y con médicos usando bandanas y pañoletas en lugar de mascarillas y guantes de hule.
Hasta el momento Trump no apoya a las entidades con más problemas si son gobernadas por Demócratas.
Hoy, MENTIROSO Y OPORTUNISTA, continúa negando haber sido alertado, reconoce que su asesor Peter Navarro le envió dos menos advirtiendo de la pérdida de vidas humanas y daños económicos por varios billones de dólares, pero dice que “no decía nada determinante” y con descaro, trata de robar el crédito de las entidades que tomaron la iniciativa ante la pasividad federal, imponiendo el distanciamiento social, cerrando escuelas, oficinas, bares, restaurantes, Iglesias, gimnasios, etc., a lo que Trump se oponía y que ha logrado contener el avance del Coronavirus.
Aún ahora, con cerca de 400,000 infectados Trump quiere terminar el distanciamiento social adoptado por los gobernadores estatales, que disminuye el contagio, a riesgo de la salud de la población en estados que aún tienen bajo número de infectados.
Sus mentiras son más evidentes cuando la crisis, que no hace mucho por resolver, lo rebasa.
El gobierno Federal ha tenido que actuar, pero no con la eficacia que debe.
El 24 de febrero restringió vuelos de China, y semanas después los de Europa, el Reino Unido e Irlanda, con lo que Trump dice, “paro la crisis”, lo que es falso, sin aplicar el distanciamiento social, ordenar pruebas o abastecer de equipos a hospitales, que es lo importante.
Trump miente cuando habla de millones de pruebas, como han desmentido gobernadores, médicos y expertos y cuando lo cuestionan los periodistas, los ataca e insulta con vulgaridad.
Nunca había gobernado Estados Unidos un presidente tan ignorante, no interesado en los reportes clasificados de las agencias sobre todo el mundo, un presidente con más de 20,000 mentiras comprobadas, que tiene propiedades a las que paga millones de dólares, igual que en protección a sus hijos, que viajan por el mundo haciendo negocios a la sombra del escudo presidencial.
Nunca un presidente enfrentó 16 acusaciones de asalto sexual que ordenó parar en las cortes, ni usó todo el poder de la presidencia para mantener secretas sus declaraciones de impuestos, por temor a la revelación del origen de sus préstamos.
A pesar de que quedó establecida la conexión rusa, ningún presidente usó su poder para bloquear las investigaciones y el proceso, para luego investigar y acusar a los investigadores.
Nunca otro presidente chantajeó a un gobierno aliado con ayuda urgente, a cambio de información negativa de su adversario político. Y luego, con apoyo servil de legisladores Republicanos, fue “absuelto” en un juicio al margen de lo que indica la Constitución.
Y nunca un Presidente tras exponer peligrosamente a la población del país por no adoptar medidas urgentes a tiempo, mostró no solo incapacidad para contener la epidemia sino cinismo para capitalizar políticamente la tragedia que fue incapaz de detener, adjudicándose cobardemente el crédito de acciones propuestas por gobiernos estatales, a las que inicialmente se opuso y sigue oponiendo, aunque fue obligado a reconocer.
En su profundo desconocimiento de la operación del gobierno, Trump regaló a China 18 toneladas de equipos de protección y respiradores de la Reserva Nacional Estratégica, consistente en equipos de protección personal (PPE) como mascarillas, guantes, batas, cubrecaras o goggles que ahora urgen en todos los hospitales para proteger a médicos nacionales que usan bandanas y pañoletas para “protegerse”.
Además, ante el clamor de miles de ventiladores para salvar la vida de pacientes que no pueden respirar, el Presidente minimiza las necesidades y es incapaz de actuar para evitar el incremento de precio y para obligar a la producción de los que sean necesarios.
Con absoluto desconocimiento, Trump argumenta que la Reserva Nacional Estratégica -creada para crisis nacional de emergencia y con la que todos los presidentes que lo antecedieron enfrentaron brotes de N1H1, SARS, Ébola y otras epidemias- es solo del gobierno federal, lo que es falso a todas luces. También, que “los estados fallaron en prepararse”, en lo que él fue quien falló, ya que despidió a los expertos y continúa ignorando el Plan Nacional de Coordinación Federal en apoyo a los Estados, a los que obstruye y condiciona la ayuda que requieren.
El pueblo estadounidense inteligente sabe que el Presidente ha fracasado en actuar como un líder que, lejos de ayudar, coordinar, tener palabras de aliento para deudos de las víctimas, se jacta del “rating” de sus conferencias transmitidas en vivo, alardeando de que “son superiores a los del Súper Bowl”, pretendiendo que quien busca información que Trump no da, es gente que apoya su reelección, lo que también es falso.
Trump es el protagonista principal de conferencias más políticas que informativas y no el Dr. Anthony Fauci, experimentado director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas y veterano de la guerra contra el SARS, H1N1, MERS, Ébola Qanbar, quien espera escuchar la gente, pero no dejan hablar porque difiere de afirmaciones sin base de Trump.
El Presidente ha demostrado falta de liderazgo, oportunismo, hipocresía, desinformación, criminal negligencia y un pobre y deficiente conocimiento y pésima actuación, obstruyendo en lugar de coordinar, regalando equipo a China, en lugar de proteger a sus médicos, mintiendo con ayuda de sus “porristas” el VO Mike Pence, Mike Pompeo y Steve Mnuchin, quienes lo ensalzan a pesar de las mentiras, para la gente desinformar a que lo apoya.
Trump USA sus “conferencias sobre Coronavirus” como el sustituto de sus iracundos y partidistas rallies de campaña, en los que ataca a Demócratas, periodistas y críticos.
Este gobierno dificultará aún más el control y recuperación de este, el más grave de todos los errores de esta pésima administración, racista, incapaz, ignorante, vulgar, corrupta y deshonesta.
En mis 21 años como corresponsal en Washington, cubriendo 4 presidentes, nunca pensé que algún día Estados Unidos viviera una pesadilla similar, llena de contradicciones, servilismo de legisladores Republicanos que traicionaron y destruyeron su partido por adorar a Trump a pesar de múltiples violaciones a la Constitución desde que asumió el poder.
No cabe duda que el sueño imposible ruso, de despojar a EU del liderazgo global para las mejores causas, la solidez de la alianza de naciones de Occidente en la OTAN y su influencia, acaricidas por los líderes de la desaparecida URSS Nikita Krushev, Leonid Brezhnev, Yuri Andropov y otros, fue lograda por el Presidente Vladimir Putin, quien usando como arma la ignorancia, ambición y corrupción de Donald Trump, logró reducir la presencia de EU en la escena mundial, hacerlo aliado de Corea del Norte, Rusia y China, confrontándolo con sus aliados europeos y dividir al país, confrontándolo y ahora enfrentando lo que será una dramática crisis económica.
