¿Estamos preparados para la violencia?

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MTF. Alfredo Arévalo

En artículos pasados mencione algunos aspectos sobre ¿cómo afrontamos la violencia? Donde hablaba sobre lo sucedido en el colegio Cervantes en Torreón, Coahuila y del niño duranguense de 11 años llamado José Ángel fue responsable de un tiroteo el planteamiento de la información era a nivel general, como es que todos podemos reaccionar ante este hecho violento.

En esta ocasión es algo similar, pero no sobre como reaccionamos, me queda la duda si como “profesionales” estamos preparados para la violencia; para enfrentarla, para prevenirla, o para erradicarla. En teoría cualquier profesionista tiene un código de ética que debe de seguir, pero, ¿qué hacen los demás profesionistas en cuanto a la violencia?

Al hablar de profesionistas me refiero a políticos de todos los niveles: directores de instituciones que están al servicio de la ciudadanía, instituciones educativas, periodistas y medios de comunicación, personas dentro de las dependencias de seguridad pública, personal encargado de la salud mental, de la salud pública, hombres y mujeres que realizan un trabajo, que estudian o que no hacen nada.

Básicamente esto encierra a todos, porque todos como sociedad estamos dentro de esto, y trabajamos desde nuestro lugar de profesionistas, somos parte de lo que se hace y lo que no se hace; en una pareja se lleva una relación de amor-odio y depende de ellos cuál pesa más; en una sociedad entre hombres y mujeres se tiene esa misma relación, pero a otro nivel. La violencia en la familia es un síntoma de que dentro del sistema familiar “algo no funciona”; en la sociedad estamos viendo que también “algo no funciona”.

Sería injusto afirmar que no se hace nada para erradicar la violencia, sin embargo, las medidas que se han sido insuficientes. Según cifras oficiales “al día mueren tres mujeres en actos relacionados con violencia”; pero lo irónico es que no mueren, las matan. Otro aspecto a tomar en cuenta es que las cifras “oficiales” solo enchulan el trabajo de las dependencias, por lo que es normal dudar si son reales; pues algunas personas mencionan que no son tres, son 11.

En 2019 hubo registrados 976 feminicidios; en lo que va del 2020 se han presentado 265; esto es oficialmente, pero puede haber más. Lo alarmante de la situación es que de los 265, veinte son contra menores de 14 años. Y lo triste es que toda esa violencia que se presenta en el país hacia la mujer se reduzca a un párrafo.

Dentro de los sistemas familiares cada miembro tiene una participación importante para el desarrollo de otros, por lo que estas cifras muestran 265 sistemas familiares rotos; porque no son datos estadísticos, son mujeres que fueron madres, hermanas, hijas, esposas; y esto dejó en duelo a padres, hijos, hermanos y esposos; ambos sexos están en esto.

Y como profesionistas nuestro trabajo no se trata de cuidar a las mujeres, hay que ofrecer la seguridad para que ellas estén bien, no haciéndolas sentir inseguras, no hostigando; pues nos corresponde eliminar ese síntoma que se presentó en nuestro sistema social, que la violencia no afecte a nadie de nuestro sistema, y lo más importante, que no mueran más mujeres y mucho menos niñas.

“Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo.” Elie Wiesel

Sobreviviremos al próximo lunes… si cambiamos.

Nuevamente los invito a escribir cualquier duda, comentario, aclaración a mi correo alfredo.adj@gmail.com