Ahora es a la inversa, primero la serie, luego el libro

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>La unión entre la producción audiovisual y la literatura no es nueva.

Agencias

Hubo un momento de quiebre en el que los episodios de Game of Thrones ya no iban a la par de los libros de George R. R. Martin. Todo sucedió en la sexta entrega, cuando la serie se le adelantó a los libros porque no estaban hechos. Incluso terminó y no se habían lanzado. Ni siquiera hoy se sabe cuándo verán la luz, si es que la ven.

La primera temporada de El Cuento de la Criada se basó en el libro del mismo nombre, de la escritora canadiense Margaret Atwood. Fue tal el éxito que decidieron hacer una segunda entrega y contar con Atwood como asesora. Esto le dio alas a ella para continuar la historia en un libro que llamó Los testamentos y que se narra quince años después de esa primera novela para entender como avanzó “el régimen teocrático de la República de Gilead”.

Esa unión entre la producción audiovisual y la literatura no es nueva, aunque ahora se afianza de manera inversa con libros que se lanzan luego de terminar una serie y que narran universos paralelos a la trama que se vio en pantalla.

“En la industria del entretenimiento hay una sed constante de historias y las buenas han demostrado que pueden ser flexibles y adaptarse a distintos formatos”, explica el crítico de series Diego Agudelo.

Y suma más ejemplos: “Una película como Snowpiercer se convierte en serie porque su premisa no se agota, puede ramificarse, poblarse de tramas secundarias, habitarse con nuevos personajes. Una escritora como Margaret Atwood escribe la continuación de El cuento de la criada porque quizás se contagia de la misma avidez que los espectadores de la serie tienen por ver más a fondo ese mundo terrible que ella creó. Hay series del pasado como El Fugitivo, que condensaron su trama al máximo para volver como películas trepidantes y exitosas. Otras, cómo Los Magníficos, no mantuvieron su encanto cuando se convirtieron en largometrajes. Es un juego de ensayo y error”.

LAS NUEVAS NOVELAS

A finales de 2019 comenzaron a llegar a las librerías las novelas del acuerdo editorial logrado entre Netflix y Planeta. Han llevado al papel una sobre la española Élite, al fondo de la clase, y otra sobre La casa de papel llamada El diario del profesor.

“Cuando surgió esta alianza la idea era enriquecer el universo de las series para que los televidentes pudieran acercarse a ellas desde otros lugares. No estamos contando en los libros lo que se vio en pantalla, en algunos casos son spin-off, series derivadas a las tramas de la televisión”, indica Hugo Marroquín, director de mercadeo del grupo editorial. Por eso, en el libro de Élite se narran historias de estudiantes que no estuvieron en la serie.

Para Agudelo, esta propuesta se da porque los productores esperan que las audiencias “que ofrecieron copiosamente su lealtad a una historia, la mantengan cuando le llegue la hora de mudar de formato, pero hace falta una intuición acertada para no malograr el molde original. Es lo que pasa con las historias de Gabo, pocas novelas suyas han logrado salir bien libradas en el cine. Es una literatura tan precisa y exuberante que no cabe reducida en un guion. Quizás la serie que se intenta de Cien años de soledad tenga un mejor destino, es una obra tan inagotable que una buena tropa de guionistas bien podrían sacar argumentos para más de cien capítulos”.

El PROCESO

En algunos programas de televisión, y mientras sea posible, se suele invitar al escritor a que haga parte, directamente o como asesor, de los libretos. Un ejemplo actual es el del polaco Andrzej Sapkowski, autor de la saga de The Witcher y quien hace parte del equipo creativo de la serie. Para el caso contrario pasa lo mismo.

El de Élite fue escrito por Abril Zamora, quien participó en los guiones de la serie y amplió dicho universo en la novela escrita. “Para nosotros hay un trabajo muy estrecho entre los editores de Planeta y los guionistas de Netflix. Es involucrar lo mejor de los dos mundos para enriquecer los textos y así mantener la esencia de los personajes e historias”, precisa Marroquín.

PARA FANÁTICOS

Otra tendencia que viene de la televisión en este auge de la ficción serial son los llamados fanbook o libros para seguidores. En estos se recuperan fotografías, entrevistas, perfiles de los personajes, datos curiosos y anécdotas no contadas.

De otras series hay más de estos tomos (ver Radiografía) y buscan que los seriéfilos (aficionados a las series) guarden en sus bibliotecas un recuerdo de ese programa con el que se sintieron identificados, disfrutaron de una maratón y hasta trasnocharon.

Por lo menos, los seguidores de la serie del trono y los dragones están esperando, cuando los libros estén terminados, que el final sea mucho mejor de lo que vieron en pantalla. Hay una esperanza.