- Ultimátum.
- Debido a la falta de opciones y apertura por parte de autoridades municipales para escuchar sus sugerencias, vecinos y comerciantes de la zona amenazaron con cerrar la calle hasta llegar a una solución favorable.
Josélo Fuentes Delgado/La Voz de Durango
El cierre de la calle Laureano Roncal es una opción de solución para presionar a las autoridades responsables del proyecto de la Ciclovía, toda vez que se comprometen a una cosa y después hacen otra, cuando afirman está en juego empleos, su patrimonio y hasta vidas en caso de continuar y no escuchar.
Así lo manifestaron los vecinos de la calle, al término de la reunión luego que los regidores, tanto del PRI como de Morena, asumieran el compromiso de frenar la obra hasta en tanto no hubiera acuerdos de garantías para ver otras opciones en diferentes vialidades, además del cambio de sentido de otras rúas aledañas a la calle principal.
“Si no nos hacen caso, si continúan simulando que nos escuchan y no resuelven las cosas, tomaremos otras medidas para presionar a las autoridades porque no estamos jugando, entre ellas consideramos el cierre de la calle porque vemos una cerrazón de las autoridades para imponer un proyecto que a nadie le consultaron”, señalaron los inconformes.
De acuerdo al Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable (PIMUS), están otras vialidades consideradas como la de Lázaro Cárdenas, antes Libertad, para considerar otro punto para la Ciclovía, aunque ya se lleva un avance del 30 por ciento en los carriles con la pintura y delimitación de los cajones de estacionamiento, así como señalización en cruceros con semáforos.