- El “abuelito de muchos”.
- Alrededor de mil 500 personas visitan su domicilio cada año para disfrutarlo.
Graciela Rosales/La Voz de Durango
Amalio Aragón, hombre querido y respetado en su barrio, desde jovencito vio el amor y la dedicación con que sus padres ponían año con año el nacimiento, tradición que él heredó y desde hace 22 años, en noviembre apoyado por ocho personas, comienzan a poner un hermoso nacimiento que consta de mil 350 piezas que se representan los siete misterios, y es visitado por alrededor de mil 500 personas por temporada, incluyendo algunos extranjeros.
Don Amalio -como se le conoce- relata que hace aproximadamente 14 años, frente a su domicilio llegó una familia con un niño de cuatro años, quien diariamente al comenzar a obscurecer se asomaba a la calle para esperar la llegada de su papá y lo veía a él sentado frente a su casa y Carlitos -que así se llama el ahora jovencito- le gritaba, “abuelito métete a tu casa, ya es tarde”, y así fue como comenzaron a llamarlo abuelo, los niños y jóvenes de la cuadra, ahora tiene muchos nietos.
Y es justamente ese grupo de jóvenes que, en los últimos años, se han convertido en sus ayudantes para montar el nacimiento.
Esta idea de poner año con año el nacimiento, nace de ver a sus padres Amalio Aragón Rojas y María del Refugio Hernández Murillo, quienes lo hacían con mucho amor y dedicación; al paso del tiempo sus progenitores partieron hacia mejor vida y don Amalio, sintió la necesidad de tomar en sus manos la herencia de esta tradición.
Y así comenzó, hace 22 años, a lo largo de los cuales se ha incrementado el número de piezas que a la fecha suman mil 350, cada una tiene historia, pues provienen de diferentes estados de la República.
Este nacimiento sigue el orden bíblico y representa los siete misterios, desde que el Ángel anuncia a María que será la madre del Hijo de Dios, luego la aparición del ángel a Señor San José a quien le explica la concepción de María por obra del Espíritu Santo.
Luego José y María conversan sobre eso y el ángel sigue apareciendo, hasta que un día les dice que tienen que salir de su pueblo y dirigirse a Belén en donde al acercarse el nacimiento del niño, piden posada hasta que llegan a un establo en donde el Niño Dios nace en un pesebre.
Una nueva aparición del ángel les dice que huyan de ese lugar porque el rey Herodes celoso porque había escuchado del nacimiento del hijo de Dios, manda una cuadrilla de soldados a buscar al niño.
Este nacimiento ha ganado premios en varias ocasiones y se ha hecho tan popular entre los vecinos de la colonia Francisco Zarco que trascendió fronteras y la gente empezó a ir a ver el nacimiento, el flujo de visitantes ha crecido año con año, a la fecha el número de personas que visitan este lugar asciende aproximadamente a mil 500 personas por temporada.
La labor de don Amalio, el abuelito de niños y jóvenes, no termina ahí, sino que impulsa la tradición de nacimientos navideños, regalando piezas a los niños para que pongan el nacimiento en sus hogares.