- Simbolizan las dificultados de José y María para llegar a Belén.
- Incluyen la procesión con los peregrinos, el canto de la letanía mariana, la petición de posada y las piñatas.
Graciela Rosales/Voz de Durango
Con el inicio de la novena de Navidad, inician las tradicionales posadas, en las que se recuerdan las dificultades que pasaron San José y la Virgen María para hallar un lugar donde naciera Jesús, informó el arzobispo, monseñor Faustino Armendáriz Jiménez.
Explicó que según la historia, se iniciaron cuando los agustinos descubrieron que los indígenas celebraban con cantos y luces el nacimiento del sol en las cercanías del solsticio de invierno, eso del 20 al 23 de diciembre.
Entonces, ellos decidieron comparar a Cristo con el sol y enseñar que Jesucristo es el verdadero sol de verdad y de justicia.
De esa forma los sacerdotes católicos, aprovecharon las celebraciones nocturnas de origen prehispánico y les dieron un nuevo significado de acompañar a María y a José en su peregrinar hacia Belén, buscando posada.
Fue hasta 1587 cuando el Papa Sixto V concedió un permiso especial a Fray Diego de Soria para que celebrara nueve misas nocturnas en los días previos a la Navidad.
Y así se comenzó con esta tradición; posteriormente se añadieron otros elementos afuera de los templos, como la procesión con los peregrinos, el canto de la letanía mariana, la petición de posada y las piñatas.
Actualmente, la tradicionales posadas, consisten en ir peregrinando utilizando las figuras que se colocan en los nacimientos, acompañados de cánticos o villancicos navideños y posteriormente se rompe la piñata y al final se reparten aguinaldos, tamales y ponches.