¿Influencias de la religión?

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  • Moralidad, Relaciones grupales, y auto conceptuación.

MTF. Alfredo Arévalo

En algún momento de nuestras vidas todos hemos aprendido que hay seres divinos a los cuales hay que agradecerles por las cosas buenas de la vida o pedirles favores cuando no vemos salida a un problema, en todas las religiones se plantea que existe algo fuera de nuestro entendimiento y que somos su creación.

Para hablar de religión me gusta expresarlo de manera general, en lo personal no considero que una sea la verdadera y todas las demás estén equivocadas, creo que mientras le den un sentido de bondad y empatía a nuestra existencia es bueno profesar la fe que te satisfaga de mejor manera, o si no quieres profesar ninguna, lo importante es que tú estés bien con esa decisión.

Aclarado ese punto, hay personas que consideran la religión como algo negativo, que nos adormece a seguir reglas absurdas por el miedo a un sufrimiento eterno; otros aseguran que la doble moral viene a marcar una pauta en las personas que deciden dirigir su vida a fortalecer su fe. La realidad es que la religión viene a fortalecer diversos aspectos sociales y personales, y muchos de ellos ayudan a modificar el pensamiento de forma consciente o inconsciente.

MORALIDAD

La moralidad se ha convertido en un tema cada vez más importante (y complicado), es tal la importancia de entender este aspecto del pensamiento que se han creado bases morales, y dividido en grupos, por ejemplo en Estados Unidos vemos a los liberales y los conservadores, en otros países los pensadores de derecha o Izquierda, o más común hablar de los moralistas y los libertinos.

El punto clave de estos puntos contrarios son los juicios morales, los cuales son evaluaciones (buenas o malas) de acciones o el carácter de una persona. En este punto es importante criticar de manera objetiva la función de la religión, pues esta se ha ido modificando de acuerdo a las necesidades sociales, sin embargo, la constante está en etiquetar lo correcto y lo incorrecto.

Cuando somos niños nos enseñan a respetar a las figuras de autoridad y a portarse bien porque los vigila un ser supremo que evalúa tu comportamiento para saber si al final de tu vida vas al cielo o al infierno. Lo curioso de esta circunstancia es que las personas que viven en un mismo lugar comparten la misma visión de la moralidad, cosas correctas o incorrectas, ya sean leyes establecidas de manera consciente, o mandatos familiares o sociales que seguimos de manera inconsciente.

En nuestro estado existen diversas familias que profesan una misma religión, y cuando se da el caso de que uno de los hijos deja de hacerlo o se cambia de religión, se da un conflicto por entender que se haya “equivocado en esa decisión”. Y aun cuando este comportamiento te marca una pauta para respetar las reglas dentro de un grupo, si decides ser diferente te enfrentas a otro aspecto que no te beneficia en nada, la culpa.

Me he dado cuenta que las personas tenemos la facilidad de culparnos por casi cualquier cosa, y si le sumamos a esto los prejuicios morales, con el tiempo dañan nuestra brújula moral, creando un pensamiento rígido sobre cómo deberían ser las cosas, para evitarlo es necesario saber quién nos está diciendo qué es correcto o incorrecto, si es tu padre, tu madre, tu pareja, tu maestro, tu hermano, o si en efecto es tu voz la que escuchas.

RELACIONES GRUPALES

La religión no solamente moldea los juicios morales de las personas, sino que también es importante en la manera en que los individuos y grupos se relacionan entre sí; como lo mencionaba anteriormente creamos formas conscientes e inconscientes de relacionarnos con nuestra familia, amigos, compañeros de oficina, etc.

Podemos observar en las familias que se crean coincidencias en opiniones sobre “cómo deberían ser” algunos aspectos de la vida, por ejemplo, cómo deberían de comportarse los políticos, cómo se debe manejar, cómo se debe hacer cierta comida, cómo deben de ser las relaciones de parejas, cosas por el estilo.

Cuando estas opiniones se expresan con frecuencia podemos ver que los niños pequeños repiten esas opiniones, y sin darse cuenta adecuan su comportamiento para cumplir las pautas que se establecieron en su familia. La religión hace lo mismo a nivel social, cuando eres niño aprendes a relacionarte con personas que tienen esas mismas opiniones, y mientras más frecuente sea el contacto son más evidentes las similitudes.

AUTOCONCEPTO

Mientras más tenemos la certeza de que hacemos lo correcto, más lo defendemos de todo lo que lo ataca, y no solo me refiero a la religión, la mayoría de los aspectos de la vida que decidimos repetir se vuelven más reales para nosotros cuando más los repetimos.

Por tal motivo cuando seguimos las pautas establecidas en nuestra familia, sociedad o religión, y lo hacemos de una manera constante y firme, cuando decidimos buscarnos a nosotros mismos nos encontramos con que no encajamos al 100 por ciento en alguno de los factores que creíamos esenciales, y tristemente nos damos cuenta que nos equivocamos.

Pero no por hacer algo incorrecto, sino porque nosotros somos el error,  anteriormente hablé de la culpa y los prejuicios, pues estos se presentan de manera constante en las evaluaciones personales que exigentemente nos realizamos, y que con frecuencia reprobamos.

El autoconcepto que creamos de nosotros en base a lo aprendido con nuestras vivencias personales en ocasiones es erróneo y nos afecta de una manera muy profunda, pues no podemos alcanzar el ideal de perfección que se marca en nuestros grupos sociales, por ello es necesario conocernos y aceptarnos de una manera real y consciente.

Conclusión

Como mencionaba al principio de este artículo, la religión es un sostén social, te ayuda a mantener relaciones con personas de ideas afines a las tuyas, te facilita la percepción de lo correcto e incorrecto, pero si no tienes plena consciencia de quién eres puede afectar un autoconcepto. Cada aspecto de nuestra vida es importante en nuestro desarrollo personal y psicológico, por ello si decides ser parte de alguna religión eso cubrirá una necesidad, al igual que realizar un deporte o leer un libro.

Cada una de las decisiones que tomamos nos hacen ser lo que somos y cuando creemos que nos equivocamos, solo nos hace modificar nuestras necesidades hacia otro aspecto que facilite el cambio que queremos. Por ello no hay religión correcta o incorrecta, cada persona es diferente y con ellos sus necesidades cambian, todo en busca de su propia identidad.

 “Si cometes mil pecados igualmente vas al infierno, entonces por qué no cometer un millón y bajar ahí como una leyenda…” Nietzsche.

Sobreviviremos al próximo lunes… si buscamos lo que nos haga mejores.

Nuevamente los invito a escribir cualquier duda, comentario, aclaración a mi correo alfredo.adj@gmail.com