¿Te frustran tus sueños?

0
325

MTF. Alfredo Arévalo

En el artículo anterior hablamos del pensamiento simbólico, donde explicaba que es la capacidad de pensar aparte de la situación en la que se encuentra presente, generando con ello contenidos de ideas abstractas sobre los que proyecta su capacidad de representación.

Mencionaba que era útil para resignificar situaciones que han sido dolorosas, o para crear historias y sueños, mismos que se convierten en cambios verdaderos y metas a futuro; sin embargo, la naturaleza humana es muy ambigua, y tendemos a convertir situaciones favorables en conflictos que nos afectan de manera emocional y física.

Creando sueños con el pensamiento simbólico

Tenemos la habilidad de crear historias de toda nuestra vida, podemos modificar nuestras memorias para recordar situaciones agradables, personas que cambiaron nuestras vidas, o crear situaciones en las que salimos victoriosos. No obstante, el 50% de esos recuerdos es falso, podemos darles cualidades a las personas que no tienen, exagerar las situaciones para que sean muy felices, o modificar nuestro carácter para tener habilidades que es probable que nunca tengamos. Es importante recalcar que esto no es una regla, y aun cuando algunos de nuestros recuerdos están modificados, existen otros en los que su realidad está intacta.

De igual manera tendemos a crear historias sobre nuestro futuro, cuando iniciamos un nuevo proyecto, cuando ingresamos a un nuevo trabajo, una nueva carrera, o una nueva relación; nos contamos historias de lo que pasará en unos días, meses, o años… estas historias que nos contamos la mayoría de las veces se convierten en metas, las que nos motivan a seguir creando historias donde conseguimos lo que deseamos.

Pero… ¿Qué pasa cuando estas historias no se consolidan? La mayoría de las veces dejamos creer en nuestras capacidades y para protegernos evitamos esas historias.

En algunos artículos he dicho que la depresión es a causa de un exceso de pasado y la ansiedad por un exceso de futuro. En este tema se relaciona mucho, gracias a nuestro pensamiento simbólico el darle cualidades a personas o crear situaciones demasiado agradables hace que las personas se enganchen en ellas y por ello sea difícil soltar su pasado, causando tristeza por la ausencia de esos momentos.

Por otro lado, el crear historias que por algún motivo no se pueden realizar puede hacerte dudar de ti o causa una ansiedad o miedo por saber si se alcanzará el objetivo. Esto se va haciendo un hábito en las personas con ansiedad, por lo que cuando crean una historia de éxito, también crean una (o varias) de fracaso; y esto inicia una lucha entre la posibilidad de cumplir tus sueños y las cosas que haces para frustrarlos.

Sueños que te impulsan o te detienen

Todos buscamos un cambio, y por ello todos tenemos sueños y metas sobre cómo nos gustaría que fuera nuestra vida, en cualquier ámbito o situación de la misma, desde concluir sus estudios, hasta trabajar en su propia pasión, el viaje de sus sueños, etc.

Y aun cuando todos tenemos esta necesidad, no a todos nos causa las mismas emociones, algunas personas inician cosas para que sus sueños se hagan realidad, pero, al estar a un paso para cumplirlos se quedan inmóviles ante estos deseos, las causas pueden ser variadas, desde miedo a fracasar, hasta creer que no lo merecen.

Estas pausas hacen que los sueños pierdan intensidad, hasta que se tiene la idea de que no son necesarios o que nunca se cumplirán; algunos opinan que los sueños surgen del mismo lugar de donde surgen los limites para alcanzarlos; y todo lo que somos y lo que nos ha dado nuestra familia hace que este sueño se alcance o se olvide.

Supongamos que en la familia no se tiene el hábito de estudiar y por ello no se considera importante, si uno de los miembros tiene el sueño de estudiar e ingresa a la escuela para prepararse, se tendrá que enfrentar a los comentarios de su familia, así como los mandatos que se han inculcado sobre la poca importancia de estudiar.

Si él decide romper con el patrón familiar y esforzarse para cumplir el sueño lo conseguirá, pero, si al contrario, decide escuchar las voces que tiene en su familia que no valora el estudio, fracasará. De aquí la importancia de conocer tus habilidades y saber si tú puedes alcanzar ese sueño por ti, no para tu familia o alguien más.

Sueño sin acción=frustración

Me gusta un dicho que dice “A Dios rogando y con el mazo dando”, o como se diría coloquialmente “si quieres algo hay que chingarle”, muchas veces creemos que con hacer el decreto al universo, o con ir a pedirle a Dios que nos conceda algo que queremos, esto llegará, así como por acto de magia, y la realidad es que no llega si tú no te mueves en esa dirección.

Muchas personas se quejan de que sus sueños no se hacen realidad, y llenan su vida de tristeza y miedo, decepcionados de todo. Pero, ¿qué han hecho para conseguir ese sueño?

En muchas ocasiones la respuesta es algo ambigua; en terapia en ocasiones me encuentro con familias que buscan un cambio grande, pero no hacen nada para conseguirlo; o por el contrario, otras que aseguran que han hecho lo posible para cambiar, pero siguen haciendo los mismos patrones que los llevaron a la terapia.

Es complicado saber si estamos haciendo realmente lo necesario para alcanzar nuestros sueños, en ocasiones nuestra mente nos engaña y nos hace pensar que hicimos todo lo posible, aunque no sea así. Qué podemos hacer para estar seguros de que estamos haciendo todo lo posible para conseguir nuestro objetivo, una lista.

Para no perdernos en el camino hacia nuestro sueño, es necesaria una lista sobre los puntos que necesitamos e ir trabajando uno a la vez, con ello estaremos dividiendo un sueño grande en varios puntos pequeños que juntos nos ayudarán a conseguir nuestra meta.

Muchas veces si no se logra lo que se desea las personas se decepcionan, y es normal, sin embargo, es necesario analizar primero si hicimos todo lo que podíamos y si solo dependía de nosotros. Si dependía de otra persona y no está en la misma sintonía que nosotros es muy probable el fracaso; para ello hay que ver el contexto de nuestro sueño, y modificarlo para que dependa de nosotros el realizarlo.

Un sueño no se hace realidad mágicamente: se necesita sudar, determinación y trabajo duroColin Powell

Sobreviviremos al próximo lunes… sin nuestros sueños nos impulsan a ser mejores.

Nuevamente los invito a escribir cualquier duda, comentario, aclaración a mi correo alfredo.adj@gmail.com