¿Relación agresor-víctima?

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MTF. Alfredo Arévalo

En el artículo hablamos de la indefensión aprendida, que se refiere a la condición por la cual una persona se inhibe ante situaciones dolorosas cuando las acciones para evitarlo no han funcionado, y terminan por desarrollar pasividad ante este tipo de situaciones, en un mundo ideal se podría decir que solo algunas personas son propensas a desarrollarla, sin embargo, todos la hemos padecido de alguna forma.

Las personas que están expuestas a estímulos negativos impredecibles adoptan un comportamiento y unos pensamientos similares al estudio de Martin Seligman (psicólogo y escritor estadounidense), ya que pierden la capacidad de ver la salida o las fortalezas para afrontarlo como algo útil o de manera automática; esto hace que una persona aprenda a modificar su respuesta de huida por una de sumisión, con el fin de sobrevivir o adaptarse a la situación temida o peligrosa.

Es común creer que esto se pueda presentar con mayor facilidad en situaciones de violencia; y es verdad, pero también en aspectos más comunes de la vida cotidiana, se puede presentar en el trabajo, la familia o con algunas amistades; ademas se ha comprobado que las personas expuestas a malos tratos al principio de la relación intentan huir o evadirse, al no lograrlo, adoptan comportamientos de cariño, cuidado y complacencia.

La finalidad de estos comportamientos en primera estancia es calmar al agresor para que deje de ser dañino; pero además estos comportamientos que pueden descolocar a un observador externo; situando a esta pareja en un contexto normal, como personas cariñosas; usan la máscara de una familia feliz.

¿Qué síntomas genera la indefensión aprendida?

Inhibición en la conducta.- dejar de intentar huir o defenderse.

Mostrar pasividad.- Con el fin consciente o inconsciente de cambiar las cosas o que el otro lo haga.

Creencias disfuncionales.- La persona cree no tener ningún control sobre la situación dañina, ya sea una daño físico o psicológico; la persona tiende a magnificar las cosas que le suceden, y este patrón puede continuar aunque la situación cambie.

Sensación de impotencia.- Pensar que las cosas no se pueden mejorar.

Depresión.- La indefensión aprendida puede generar cuadros graves, si las circunstancias no cambian a tiempo o si no se recibe ayuda profesional.

¿Se puede desaprender?

Básicamente, cualquier comportamiento aprendido se puede modificar, lo primero es desaprender todo lo que nos ha ocasionado este sentimiento, para ello lo más recomendado es trabajar con la autoestima; y reaprender estrategias diferentes, alternativas a las de indefensión, para sentirnos capaces de controlar, modificar y posteriormente abandonar las situaciones complicadas de nuestra vida.

Como se puede imaginar estar de manera prologada en esta situación no solo afecta de manera cognitiva, sino todo su mundo emocional, el trabajo puede llevar tiempo; pues las personas “saben” lo que tienen que hacer, pero se bloquean en la ejecución de sus pensamientos.

En el caso del maltrato, se trabaja el empoderamiento y la psicoeducación, además de fortalecer las redes de apoyo emocional ya sea con la familia y amigos, además de complementar con la terapia psicológica, esta red es fundamental para revertir los efectos de la indefensión aprendida, ya que dota a las víctimas de recursos para entender qué es un ciclo que se puede romper.

Como es común que se presenten algunos pensamientos invasivos, en estos casos se debe minimizar el miedo, la vergüenza y la culpa que se presentan en la víctima, que suele cargarse con toda la responsabilidad del maltrato y eso hace que su mente se active de forma errónea; así mismo es fundamental trabajar con la parte que maltrata, puesto que de otro modo estaríamos responsabilizando a la víctima del dolor sufrido.

¿Esto afecta a todos?

Como lo mencionaba en el primer párrafo de este texto, todos somos propensos a vivirlo, en mayor o menor nivel, y puede presentarse en las relaciones laborales, amistad, de pareja, familiares, etc. Y como lo mencionaba en el artículo anterior somos propensos por nuestro contexto social, por el nivel de jerarquías y las necesidades económicas de las personas, eso complica principalmente romper el círculo.

Es común que se presente en la pareja, algunos expertos generan la hipótesis de que si la persona ha generado unos vínculos tempranos disfuncionales (aquellos que se dan en la infancia), puede llegar a mostrar indefensión aprendida en la edad adulta con su pareja, aunque la situación no sea propiamente de maltrato; lo que llamamos relación tóxica, donde la persona no se siente querida ni atendida, donde una pareja puede generar patrones de dolor emocional.

En este caso, es necesario que se presente un comportamiento que se asemeje a la indefensión aprendida, sin llegar “exactamente” a este fenómeno, aunque sean consecuencias similares (no dejar la relación, intentar agradar a la otra parte de la pareja y seguir sufriendo, perdiendo su identidad). En estos casos, el proceso es similar, además de realizar un análisis de la historia de la persona con el fin de ayudarla a salir de los roles disfuncionales en los que se ha visto envuelta toda su vida. Por tal motivo no es un acontecimiento aislado, a todos puede afectarnos de diferentes maneras, hay que tener la fortaleza cognitiva y emocional para romper los mandatos que no nos corresponde tener.

 “Si lo único que tuviéramos fueran emociones positivas, nuestra especie habría muerto hace mucho tiempo” Martin Seligman

Sobreviviremos al próximo lunes… si somos conscientes de las cosas que nos pueden afectar.

Nuevamente los invito a escribir cualquier duda, comentario, aclaración a mi correo alfredo.adj@gmail.com