- Incongruente que aspire a dirigir la Secretaría del Bienestar.
Graciela Rosales/La Voz de Durango
La posibilidad de que Manuel Espino Barrientos pueda ser nombrado superdelegado en Durango, causó la inconformidad de las organizaciones, sociales y políticas que conforman el Frente Social y Sindical por los Derechos Humanos y Sociales de Durango, quienes, en voz de su dirigente José Escobar Rosales, dijeron que no lo quieren aquí porque está ligado a las corrientes más oscuras de la derecha.
Es incongruente –dijo- que esta persona que forma parte de corrientes oscuras, aspire a conducir la Secretaría del Bienestar, dependencia del Gobierno Federal encargada de los programas sociales y otras partidas presupuestales, que tienen el objetivo de atender las necesidades más apremiantes de los duranguenses que no fueron atendidas en su tiempo.
Y agregó que sobre la conducta de Espino Barrientos hay infinidad de notas periodísticas que dan cuenta de su actuación como funcionario y dirigente político y señalaron que en 1992, después de haber sido Secretario General del Partido Acción Nacional (PAN) en Chihuahua, el triunfo de Francisco Barrios como Gobernador del Estado, se le nombró Jefe de la oficina Desconcentrada de Gobernación en Ciudad Juárez, cargo del que fue despedido 11 meses después cuando se comprobó que protegía establecimientos que operaban de manera irregular, entre ellos un bar presuntamente propiedad de narcotraficantes.
Señalan también que después de su estancia en Chihuahua, siendo diputado federal, fue enviado por Felipe Calderón Hinojosa como delegado del CEN del PAN a Sonora, cuando se perfilaba la sucesión de Manlio Fabio Beltrones Rivera en el Gobierno Estatal y el candidato más aventajado era el panista Adalberto Rosas; entonces Espino –asegura Escobar Rosales- maniobró y cambio las cosas, cancelo la convención, expulsó a Rosas que era el favorito e impusó una figura gris como candidato del PAN y facilitó el triunfo del priista Armando López Nogales.