Dejar utilizar a los niños los dispositivos móviles es crear un falso autismo: Ruiz Canaán.
Alejandro Valencia / La Voz de Durango
Para algunos es su vida en forma rectangular y sin él llegan a sentirse incompletos, el uso del teléfono celular se ha incrementado año con año, dado que en la realidad si no públicas tu vida en redes sociales no existes.
Sin embargo, como en todo, los excesos son malos y es por eso que La Voz de Durango, habló con la especialista en la salud mental, María Soledad Ruiz Canaán, para conocer los problemas que conlleva usar por largos periodos el celular y si ya se puede considerar como una adicción.
“Las adicciones lógicamente no son solamente de una sustancia, está tipificado en el DSM5 (El Manual de diagnóstico y estadístico de trastornos mentales) y CI-11 que son clasificaciones internacionales de salud mental, está tipificado la adicción a los aparatos, tables, teléfonos”, dijo.
En el punto más alto de una adicción, el ser humano deja de interactuar son sus semejantes, deja de comer, no va a trabajar, desatiende a su familia, entre otras acciones que perjudican su día a día con la realidad.
La directora del Instituto de Salud Mental del Estado de Durango (ISMED) también explicó las graves consecuencias que existen al utilizar los dispositivos móviles por tiempos prolongados, especialmente en menores de edad.
Reveló que en unas muchas ocasiones el padre de familia piensa que sus hijos son autistas por la falta de atención, no obstante, la realidad es que su percepción fue distorsionada por el exceso de tiempo que el infante interactuó con una pantalla plana.
“Como son planas las pantallas, no tienen interacción personalizada con los seres humanos, tiene más tiempo en la pantalla entonces, entonces ellos dejan de ver a las personas y su atención se va a objetos o a cosas que no son el ser humano, porque en la pantalla pueden estar viendo a una persona, pero no es real, es digital”, agregó.
El galeno consideró que una desintoxicación del uso del celular es algo que debe darse durante los fines de semana, pues a la larga nace el síndrome de abstinencia, no obstante, eso se debe pactar al seno de la familia y respetarse.