Construcción pone en riesgo zona arqueológica de La Ferrería: Sirle Rojas

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  • El INAH está obligado a salvaguardar los vestigios de los chalchihuites.
  • Es un atentado al patrimonio de Durango y de la nación.

Graciela Rosales /La Voz de Durango

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Durango, está obligado a salvaguardar uno de los  más importantes patrimonios de Durango y de la nación en la que yacen vestigios de la cultura de los chalchihuites, declarada y protegida como zona arqueológica  y en donde de manera inexplicable se está realizando una construcción dentro del polígono protegido, lo que constituye un delito federal, que amenaza con destruir una zona que además de la importancia histórica y arqueológica, pudiera detonar una importante actividad turística.

Laura Sirle Rojas Rodríguez, exdelegada del INAH en Durango, al ser entrevistada sobre este particular dijo que La Ferrería es la zona arqueológica más grande, abierta al público, declarada como tal y protegida por el gobierno federal, de tal manera que si hubiera un permiso del INAH estaríamos ante una grave falta, porque no se puede construir en una zona protegida, por lo que,  si no existe el permiso, entonces el INAH tiene la facultad de frenar, suspender las obras y revirar el proyecto a un área diferente.

Explicó que se trata de un patrimonio histórico y arqueológico de Durango y de la nación, por lo tanto, se estableció un perímetro de margen para proteger el área arqueológica en la que por cierto solo se ha investigado un 10 por ciento del total.

Si bien esta zona no tiene la majestuosidad que se aprecia en las zonas arqueológicas del sur, sí es muy importante por las características que tiene en sus estructuras, por la composición que se tiene en el territorio y obviamente a lo largo de 20 años se han realizado investigaciones por personajes muy reconocidos como Chalis Keli, José Luis Punzo, que son de los más contemporáneos y que han hecho interesantes descubrimientos sobre los asentamientos humanos que se tuvieron en esa zona.

De tal manera que es una zona no restringida, pero sí protegida, lo que implica ciertas condiciones en este caso las construcciones que se puedan hacer aledañas, ya que esta tiene un perímetro de amortiguamiento, de protección de esta zona y la idea es evitar que lleguen desarrollos urbanos e invadan el lugar.

Ahora vemos que han empezado a llegar desarrollos urbanos y es función del Instituto Nacional de Antropología e Historia, dar a conocer a quienes quieren o están construyendo, cuáles son los lineamientos y cuáles son las condiciones que imperan en el lugar, desde los servicios públicos, las vías de comunicación, hasta los grandes desarrollos urbanos e inmobiliarios.

Construir en la zona es cometer una falta y se estará haciendo un procedimiento ilegal y el INAH obviamente tiene la facultad para suspender y hacer una investigación en conjunto con los desarrollos; una invasión tampoco está permitida, hay leyes que deben hacerse valer, contravenir la legislación es un delito federal.

El INAH no es un instituto que niegue o frene el desarrollo urbano de la ciudad, no obstante, tienen que trabajar en conjunto y ver cómo sí se pueden hacer las cosas, pero, sobre todo, debe guiarse por la aplicación de la Ley.

Si hubiera un permiso del INAH, entonces habría una falta porque no se puede construir en una zona protegida y si no existe el permiso, entonces el INAH tiene la facultad de frenar, suspender las obras y revirar el proyecto a un área diferente.