Ideario

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Por Azu Macías

La felicidad en tiempos de crisis… parece un reto, ¿cómo puede uno ser feliz si ha perdido el empleo, pasa por una enfermedad, se divorció, entre muchos otros etcéteras? Antes solía creer que las situaciones eran las encargadas de hacernos experimentar diversos malestares, pero con el paso de los años he encontrado que lograr espacios de felicidad en medio de las dificultades es posible y hasta necesario para continuar en este camino que llamamos vida.

Les contaré una anécdota que leí hace tiempo: es la de un hombre que cuenta cómo es alcohólico, tiene deudas y es violento porque de pequeño eso vio en su padre; más tarde su hermano que es profesionista con una vida estable y tranquila, jamás ha presentado problemas de alcoholismo dice que el resultado de su vida es lo que vio en el mismo padre; la diferencia radica en la percepción que ambos tienen del mismo problema, en que uno supo encontrar felicidad en la crisis.

Esto nos ocurre de manera usual al enfrentar dificultades y sentir que la vida y sus acontecimientos se nos escapa de las manos, muchas veces es así. Eduard Punset, un jurista y economista español menciona que para él encontrar la felicidad en tiempos de crisis reside en sentir que hay algo de nuestras vidas que sí está bajo nuestro control, de otra manera nos sentimos indefensos y ello nos lleva a la enfermedad, esta podría ser según veo una enfermedad física, pero también una emocional por semejante desesperanza, quién podría ser feliz al sentir que nada de su vida depende de él, eso no es vivir, es sobrevivir.

No podemos controlar la muerte e incluso algunos procesos de enfermedad, no podemos controlar la economía internacional que causa elevación en los precios o los despidos masivos en las empresas o el gobierno. Todo esto sucede, es una realidad, pero quien vive solo con esa cara de la moneda se siente incapacitado de encontrar algo de felicidad en tan gris panorama. Ahora creo que podemos encontrar cosas de nuestra vida bajo nuestro control cuando no podemos controlar lo de afuera y eso nos ayuda a tener claridad en momentos difíciles y disfrutar de los pequeños regalos diarios como la risa espontánea de los niños, la gracia del perro o las pinceladas en el atardecer del cielo.

Tener el control de lo interno nos deja una sensación de mayor tranquilidad para poder afrontar las crisis que se vienen con la vida (que por cierto está llena de muchas), pero la vida a cada momento nos ofrece la oportunidad de tener destellos de felicidad a veces más continuos, otros más esporádicos; basta con ver el cielo, dice Punset, para ser felices porque seremos los últimos en disfrutar de las estrellas en un universo que se expande más y más. Ría más, suba el perro a la cama, coma el helado aquel día que todo parece malo, permítase ese momento de felicidad, sobre todo aquel día difícil porque “ser feliz no es tener una vida perfecta, es reconocer que la vida vale la pena vivirla a pesar de todas las dificultades”.