Ramón Ayala y sus Bravos del Norte presentaron una antología de éxitos

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>El acordeonista y su banda se presentaron ante una velaria llena en todas sus locaciones.

Por Juan José Nava / La Voz de Durango
Con 50 años de carrera artística, el llamado “Rey del Acordeón”, Ramón Ayala junto a su banda Los Bravos del Norte, lo volvieron a hacer, al reunir a más de 10 mil personas en la velaria del recinto ferial durante el concierto que llevaron a cabo la noche de ayer.

La leyenda viviente de la música norteña, llevó a cabo un amplio recorrido musical estacionado en los recuerdos, una noche de nostalgia impregnada de inspiración que puso la piel chinita en el respetable público, quien no paró de corear cada uno de los temas presentados.

“El tiempo pasa” y “Tragos de amargo licor” fueron las primeras canciones en abrir paso al esperado concierto del ídolo.

“Un puño de tierra”, “Baraja de oro” y “La vecina me puso el dedo”, temas clásicos de su repertorio no pudieron faltar en el repertorio, mismas que hicieron que personas del público se pusieran de pie y a bailar en pareja al son del ritmo.

Posteriormente vineron “Por una mujer casada”, “No te vayas”, el tema instrumental “Lucero” y “Pa’ que me sirve la vida”, en el que los músicos que lucieron un vestuario uniforme negro y sacos a juego gris con grecas.

“El federal de caminos”, “Un rinconcito en el cielo”, “Que me entierren cantando” y “Del otro lado del portón”, fueron otras de las canciones bien recibidas.

Los saludos y las felicitaciones no se hicieron esperar y mientras el ánimo se acrecentaba, el programa del recuerdo continuó con “Te vas ángel mío” y “Las casas de madera”, en la recta final del concierto, Ramón Ayala Junior se presentó en el escenario para cantar “Pero esa vez lloré” y “Mi tesoro”.

Para cerrar con broche de oro su presentación y acompañados de las voces de los miles de asistentes, Ramón Ayala y sus Bravos del Norte cantaron “Perderme contigo”, “Ojos que lloran sin saber de ti” y un popurrí de los temas “Mi golondrina”, “Vestida de color de rosa” y “A mi que me lleve el diablo”, luego de lo cual se despidieron con la promesa de encontrarse con su público duranguense en otra oportunidad.

Sin embargo, el público no los dejó irse y al grito uniforme y típico de “Otra, otra”, los músicos respondieron con la interpretación de “Atrás de la raya” después de la cual finalmente abandonaron el escenario.