Depresión, diagnóstico más común en el suicidio

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“Aunque se cuenta con una amplia variedad de tratamientos para la depresión, existen varias razones por las cuales esta enfermedad con frecuencia no se diagnostica”.

Aarón Quiñones/ La Voz de Durango
La titular del Instituto de Salud Mental del Estado de Durango (ISMED), María Soledad Ruiz Canaán reconoció que la depresión es el diagnóstico más común en la problemática del suicidio consumado en el estado, por lo que su detección oportuna, es vital para evitar que la persona que la padece pueda tener un intento de autolesión.
Durante entrevista explicó que pueden existir algunas dificultades para detectar correctamente la depresión “aunque se cuenta con una amplia variedad de tratamientos para la depresión, existen varias razones por las cuales esta enfermedad con frecuencia no se diagnostica, e impiden que la persona que la padece pueda tener una recuperación del trastorno. Las personas frecuentemente se sienten apenadas de admitir que están deprimidas o que requieren ayuda profesional, ya que ven los síntomas como una señal de debilidad, sin duda el estigma hacia los problemas de salud mental puede tener una influencia muy negativa”.
La servidora pública comentó que otra de las causas principales que dificultan la detección y tratamiento de la enfermedad es que una persona puede no reconocer los síntomas en sí misma, “las personas pueden llegar a familiarizarse con los sentimientos asociados con la depresión, como falta de energía, culpa, irritabilidad e incluso desesperanza y los viven de manera rutinaria, por lo tanto, no son capaces de reconocerla como una enfermedad.”
Por último, Ruíz Canaán enfatizó que la depresión es más difícil de diagnosticar cuando la persona presenta otra enfermedad física, los pacientes con depresión pueden presentar una gran variedad de dolores y molestias vagas; es importante reconocer que los estados anímicos adversos asociados a la depresión como sentirse triste, solitario e inestable, usualmente son pasajeros. No obstante, cuando persisten y perturban la vida normal usual de una persona, dejan de ser sentimientos depresivos y la condición se convierte en una enfermedad depresiva, ante la cual se debe buscar orientación y ayuda profesional.