Fin de cursos del Baby Gym

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  • Los diferentes grupos demostraron las habilidades aprendidas.

DURANGO, DGO.

La escuela de Baby Gym y gimnasia artística femenil llevó a cabo su ceremonia de fin de cursos, por lo que el gimnasio Alejandro “Candón” Guzmán del Instituto Estatal del Deporte (IED), se vistió de gala para realizar una demostración de lo aprendido durante el ciclo que concluyó. A dicha ceremonia asistieron familias completas de las pequeñas que son parte de esta escuela y donde estuvo presente la directora de la institución, Anakaren Ávila Ceniceros.

El grupo de principiantes fueron las primeras en entrar en acción con la rutina de baile titulada “Alas”, quienes destacaron que la gimnasia artística es un deporte de especialización temprana. La edad apropiada para iniciar a un niño en esta disciplina es entre los tres y cuatro años. Enseguida, las pequeñitas de Baby Gym demostraron sus habilidades a tan corta edad con la canción de “Baby Shark”, quienes en base a fuerza, movilidad, flexibilidad y coordinación muscular, independientemente del entrenamiento, mostraron que son fundamentales para el éxito de un gimnasta.

Luego las niñas principiantes bailaron la melodía “Que va”, las cuales mostraron que en la etapa temprana es cuando la persona adquiere los hábitos posturales y desarrollo de habilidades motrices básicas necesarias para el posterior aprendizaje de elementos de mayor complejidad.

Para finalizar participó el grupo de avanzadas con la canción “RIP”. Luego llegó el momento más esperado, la entrega de reconocimientos, que es el premio a su constancia y tenacidad, así como al esfuerzo y sacrificio de sus padres, o tutores, quienes en todo momento estuvieron presentes acompañándolos y alentándolos para seguir adelante. Es el reconocimiento también a la fe que sus maestras depositaron en ellas, al sembrar la semilla del conocimiento, sabedores de que germinará algún día.

Destacar que entre los principales beneficios que ofrece la gimnasia artística son: que ayuda a desarrollar la confianza en sí mismo, permite la autorrealización, contrarresta la timidez, corrige la postura corporal, desarrolla el sentido del ritmo, disciplina al individuo en todos los sentidos y ayuda a desarrollar la estabilidad emocional, la cual viene dada por la concentración, velocidad de reflejos y seguridad que debe preceder en cada actuación.