Indígenas desplazados por la inseguridad viven de la caridad pública

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  • Son más de 200 familias que habitan en jacales y duermen en el suelo.

Por Graciela Rosales / La Voz de Durango

Más de 200 familias de indígenas desplazadas por la inseguridad en diversas comunidades de Pueblo Nuevo y El Mezquital, viven en la ciudad de limosna, duermen en el suelo y comen frijoles, una o dos veces al día,  son hombres, mujeres y niños que desde hace seis años esperan una ayuda que no llega.

Paulina Tomás Bautista, relata que, “fue en el 2013 cuando llegaban hombres armados, había balaceras y muertes, mucha gente de San Francisco de Lajas se fue para Nayarit, por temor a que les hicieran algo, ahí se oían amenazas de quemazón de jacales, la gente prefirió rescatar la vida y nos vinimos a sufrir en la ciudad”.

Las más de 200 familias proceden de  Valontita, San Francisco de Lajas, San Bernardino, Camarones, Cañitas, entre otros, ahora habitan en diversas colonias de la periferia, dicen que antes el gobierno les daba una despensa cada mes, pero el apoyo desapareció, “el gobierno dice que apoyarnos con despensas o láminas es dinero mal invertido, me lo han dicho diputados de mi distrito, es el 06, pero nunca está, ni siquiera contesta el teléfono”.

Su alimentación es a base de frijoles, cuando les va bien, comen dos veces al día y en ocasiones comen también tortillas.

Ellas dicen que estaban mejor en su tierra, “allá teníamos gallinas, chivos y algunos hasta marranos, aquí no tenemos nada… sí queremos regresar, pero los jacales que dejamos son de madera, ya no tienen techos, necesitan arreglos y ni siquiera tenemos para el pasaje;  allá también hay mucha gente pobre”.

Algunas mujeres indígenas trabajan en casas, lavan o planchan ropa ajena, “las que tienen trabajo no se quieren regresar a su tierra, pero la mayoría sí, solo que no tienen a dónde llegar y cómo empezar, sus jacales están en malas condiciones”. Les faltan muchas cosas, pero al decir de ellas lo más urgente son viviendas y alimentación.