“Más mezcla maistro o le remojo los adobes”

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  • Por ser su día los propietarios de la obra o ingenieros los agasajaron con discada, carnitas, cerveza, pulque o hasta reliquia en algunos casos.

Josélo Fuentes Delgado / La Voz de Durango

Solo la lluvia podría frenar la obra, eso por seguridad de los trabajadores en la intemperie. Pero con sol, frío, en cualquier época del año, los albañiles deben trabajar cumpliendo las órdenes del ingeniero, del arquitecto, del jefe en turno para cumplir con los tiempos de la obra, de lo contrario no hay paga.

Delgados, altos, gordos, chaparros, güeros, morenos, con barba, lampiños, de mezclilla, botas de trabajo, tenis, como sea, pero todos hacen la faena en la construcción, pegar ladrillos, hacer bardas, echar un vaciado, instalar un piso, colocar una loza, batir mezcla, cortar varilla, enjarrar, hacer zanjas, excavar, cargar bultos, subir ladrillo, operar maquinara pesada, al final todo tiene un mismo fin y principio.

De todo un mundo de labores que desarrolla el media cuchara, el macuarro hasta contratista y el ingeniero, deben hacer una pausa en el día para celebrar el Día de la Santa Cruz, a su manera, con abundancia o precariedad no puede pasar desapercibido y en la medida de sus posibilidades festejar con alguna carne asada, discada, carnitas y no podían faltar el pulque, mezcal o cerveza, eso sí bien frías.

La veneración al santo madero donde murió Cristo, reza la tradición que se encomiendan a ella para conseguir protección y trabajo. La protección para cuidarlos de andar en las alturas, de algún al golpe, una caída, la descarga de un rayo, cualquier accidente que atentara contra sus vidas, por ello se instala en lo más alto de la edificación. Y siempre tener trabajo, por ello la cruz los cubre con los brazos abiertos pagando este día la fe recibida durante el año.

DANZAS, RELIQUIA Y FUEGOS ARTIFICIALES

Casi dos días de festejo en el Cerro de Las Calaveras por el Día de la Santa Cruz, se llevó ayer por los vecinos de las calles aledañas al lugar en el Barrio de Analco, que incluyó con una misa, una deliciosa reliquia, danza de palma y pluma, además de los fuegos artificiales en la noche para el deleite de todos los asistentes.

Los puestos de mercaderías y antojitos mexicanos no pudieron faltar, con una cruz metálica decorada con luces led para poderse distinguir a lo lejos. Visitantes de todas las colonias de la periferia y zonas alejadas acudieron a la celebración, incluso desde Monterrey, Nuevo León, para conmemorar la fecha como lo hacían desde su infancia.