Migran jóvenes indígenas a la ciudad para trabajar

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  • Mercados de abastos como El Refugio son lugares donde acuden para ocuparse de cargadores, limpieza o despachadores, algunos no tienen dónde quedarse.

Josélo Fuentes Delgado / La Voz de Durango

Por un salario mínimo y un lugar donde quedarse, jóvenes de El Mezquital laboran de ocho a 10 horas en mercados de la capital, entre ellos los de mayor tamaño y movilidad de productos como El Refugio y Abastos, desempeñando tareas que van desde cargadores, en la limpieza o despachadores cuando los propietarios de locales ya les toman confianza.

Decenas de jóvenes que padecen los estragos del hambre, desempleo y la falta de oportunidades en uno de los municipios más castigados por el rezago social y que concentra el mayor número de habitantes de las diferentes etnias que dominan en la región: tepehuano, huichol, cora, mexicanero y tarahumara.

En recorrido por el Mercado El Refugio pudo constatarse que en varios locales, jóvenes con mandil ayudaban a descargar un camión de frutas y verduras, mientras en otros ayudaban al cliente a escoger productos o despachar en el negocio.

Carlos Gabino Jurado Torrecillas, tesorero de la Asociación de Locatarios del Mercado dio a conocer que a últimas fechas se han incorporado a las labores del mercado varios jóvenes que provienen de esta región con gana de trabajar, ya que no siguieron estudiando y tenían que ayudar a mantener su casa o ellos mismos.

“Son muy leales, trabajadores y honrados. Aquí conmigo está laborando uno de ellos y es gente con ganas de salir adelante para ayudar a su comunidad. Lo apoyo con un salario más arriba del mínimo y otras prestaciones”, refiere el entrevistado.

 

NECESIDAD

La falta de empleo, oportunidades laborales además del campo que está en crisis productiva por falta de agua y apoyos, los jóvenes que no quisieron estudiar tienen que conseguir algún medio para ganar algún ingreso, pero no lo hay. Solo queda migrar a la capital, a los campos de Sinaloa en los tiempos de la pizca de tomate y granos.

Conforme a datos de la Comisión de Atención a los Indígenas, gran parte de ellos migran de sus comunidades con su esposa e hijos, pocos son los que permanecen solteros.