Comida de Cuaresma con sazón duranguense

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  • Son más los paisanos y turistas quienes acuden en esta temporada a paladear la comida con el sabor local muy particular.

Josélo Fuentes Delgado / La Voz de Durango

El Mercado “Francisco Gómez Palacio” tiene una particularidad, su área de comedores, donde en esta temporada la sazón duranguense de la comida de Cuaresma es el deleite para chicos y grandes, sobre todo de los paisanos que residen ya en los Estados Unidos y añoran la comida de casa durante sus visitas y turistas que prueban la riqueza gastronómica de varias regiones del estado y que convergen en la cocina popular del mercado.

El aislamiento en que por décadas estuvo Durango, a falta de caminos en buenas condiciones y las sequías que azotaron varias regiones, crearon algunos alimentos muy particulares, sobre todo en la temporada de Cuaresma, éstos a base de productos secos que podían mantenerse en buen estado ante la falta de refrigeradores.

De ahí el maíz seco para los famosos “chuales”, el camarón seco para las “tortitas” de camarón, el pan del bolillo, la telera, para las “torrejas” o la deliciosa “capirotada” con coco rallado, pasas, especias y colaciones; las semillas de calabaza deshidratadas y molidas con chile colorado para el “pipián”.

Además de otras semillas deshidratadas como garbanzos, lentejas, habas y no podían faltar los nopales que complementan la alimentación de la semana, cuando en antaño no se cocinaba durante toda la semana y se hacía pan de horno y de pulque para consumir en este periodo de oración y reflexión, cuando se asistían metódicamente a los santos oficios.

DEL GUSTO DE TURISTAS Y PAISANOS

María del Rayo Casas García, desde hace 25 años tiene el comedor “Doña Nachita”, después que pasara a sus manos tras varias décadas de manejarlo su suegra, Ignacia López Hernández, conservando los platillos que más consumen y piden los visitantes, pero en esta temporada cuando visitan los paisanos a sus parientes no dejan escapar la oportunidad para consumir la comida de Cuaresma, donde cada región y municipio le suma su particular sabor.

“Son tres veces al año cuando repuntan las ventas, en Navidad, Semana Santa y vacaciones de verano. Durante la época decembrina hay duranguenses que residen en Norteamérica y cuando vienen no dejan escapar la oportunidad de comer lo que allá no pueden. Sobre todo, por algunas dificultades que hay para conseguir los ingredientes”, refiere doña María del Rayo.

Pilar Mejía Pérez, es la tercera generación de mujeres en su familia al cargo de uno de los comedores dentro del mercado, con una gran variedad de platillos tradicionales y de la temporada, sin olvidar el caldo de res, arroz, caldillo duranguense, menudo, milanesas, que incluso visitantes de otros estados tienen sus preferencias para tal o cual alimento que comen con gusto cuando viajan a Durango.