Entre escaques

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Por: Susan Medina

Estimados jugadores, es un placer saludarlos como cada semana.

Hace un par de días un jugador de primera fuerza mexicano publicó en uno de los grupos de redes sociales entre ajedrecistas lo siguiente:” ¿Crees que algo está mal con la manera en que la FENAMAC lidera el ajedrez mexicano? No pagues su credencial, no vayas a sus torneos, no te afilies a sus asociaciones corruptas, no contrates a sus árbitros, no juegues el Abierto Mexicano. Si eres árbitro, no vayas: quieren que trabajes gratis. No se merecen tu apoyo, ni tu dinero”. La inconformidad con las acciones de las asociaciones y de la propia federación del deporte ciencia en México es generalizada. Me atrevo a comparar el hastío sentido de los trebejistas con el sentido por millones de mexicanos en las pasadas elecciones federales. Las asociaciones se han convertido en muchos estados en el trampolín perfecto para árbitros, que venden su voto a cambio de arbitrajes en torneos internacionales. Las consideraciones de los ajedrecistas que están afiliados no se toman en cuenta, ni por asociaciones ni por la federación. Las afiliaciones individuales se han convertido en una burla para los ajedrecistas, que no representa más que un cartón sin mayor respaldo en seguridad médica en torneos nacionales. Y es que los montos recaudados por este concepto no se reflejan en actividades a favor del ajedrez o de sus practicantes. Los torneos nacionales gestionados en los estados hacen gala de sobreprecio: en el arbitraje y en su organización. Los técnicos que aceptan la invitación para asistir a los torneos federados gozan de mal sueldo, si es que les pagan; justo como sucedió en el Abierto Mexicano de Ajedrez en 2016 en Oaxtepec, Morelos. Donde Mario Ramírez Barajas recibe una federación en quiebra que solicita a los árbitros trabajar por amor al arte e incluso pagando sus viáticos en algunos casos. ¿Pagar una afiliación anual para ser considerado en la lista de rating nacional en verdad vale los dos o tres torneos que se puedan jugar? La respuesta podrá depender de las aspiraciones de cada ajedrecista o entrenador y del apoyo escolar o institucional que se tenga. Porque la afiliación tampoco se justifica por los torneos estatales válidos para rating: al año en Durango se juega uno, tal vez dos. Lo anterior empeora si contabilizamos los torneos que por estatutos la AEAD A.C. está obligada a realizar. ¿Se puede dejar de jugar el Abierto Mexicano? Es uno de los torneos más concurridos, con validez también para rating FIDE. Todo es posible: dejar de jugar torneos federados, dejar de afiliarse, dejar solas a las asociaciones y a sus presidentes. Pero la corrupción está más allá de la desobediencia, está infiltrada en la FIDE y en CONADE, donde funcionarios se hacen de la vista gorda no importando el cambio de administración. Espero sus comentarios en arbitrosusan@hotmail.com