Por Omar García Rosales
Se dice que el amor se encuentra en el aire, aunque muchas veces también se puede encontrar en los lugares más inimaginables del mundo. Para demostrar este punto, el director Guillermo del Toro nos presentó su muy peculiar forma de como las personas se pueden llegar a enamorar con su cinta “La Forma del Agua” (The Shape of Water).
The Shape of Water dirigida por el cineasta mexicano en 2017, nos presentó la historia de Elisa (Sally Hawkins) una mujer muda que trabaja de afanadora en una base militar del gobierno de las barras y las estrellas durante la Guerra Fría. Su única interacción humana con el mundo es con su compañera de trabajo Zelda y Giles su vecino de departamento quien es un dibujante homosexual que ha perdido recientemente su empleo. Sin previo aviso a la base militar es enviado un ser humanoide mitad hombre y anfibio, proveniente de Sudamérica, en donde le consideraban un ser mitológico adorándolo como a un Dios. Esta posición de nada le servirá al ser, ya que ha sido enviado a este lugar para ser estudiado vivo o muerto, por lo que el coronel Strickland (Michael Shannon) no tendrá reparo alguno en torturarlo para cumplir con su objetivo.
Elisa, una mujer que solo se comunica mediante señas, muestra gran interés en esta criatura a la cual se irá poco a poco acercando y comunicándose mediante el lenguaje de señas. Conforme pasa el tiempo Elisa se dará cuenta de que tienen mucho en común, ya que ambos sufren de soledad y tienen heridas comunes, creándose una simbiosis en la que ambos se aceptarán tal y como son el uno al otro.
La cinta nos presenta una crítica a la marginación en general, ya que todos los personajes sufren algún tipo de rechazo presente a nuestros días. Mientras la amiga de Elisa sufre discriminación racial por su color de piel, su amigo Giles lo sufre por su orientación sexual, en una época que no se ve muy alejada hoy a nuestros días. La criatura también resulta ser víctima de discriminación ya que a pesar de ser un monstruo, es un ser solitario y marginado como cada uno de ellos.
Con una temática muy parecida a la de producciones como La Bella y la Bestia, The Shape of Water fue demandada por plagio. Ya que la historia de una mujer de la limpieza y una criatura acuática ya se había hecho en la obra teatral Let Me Hear You Whisper de 1969 de Paul Zindel, la cual fue adaptada a una película de televisión en 1990.
The Shape of Water del director Guillermo del Toro, narra de una manera sensible un cuento de amor que puede adecuarse a los actuales tiempos hostiles, en donde el odio, violencia y marginación a los extranjeros y en contra de lo que no se entiende y contra el que es diferente, contado con un oscuro triste y sencillamente, sin muchas palabras.