¿Cuánto resistes los problemas?

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MTF. Alfredo Arévalo

De diferentes maneras hemos aprendido a protegernos, existen mecanismos conscientes e inconscientes de defensa ante las adversidades, y éstos se activan para mantener el equilibrio y que no nos perdamos en esa situación que resulta difícil sobrellevar, pero aún con estas herramientas que tenemos a nuestro favor, es imposible estar enfrentando ese problema mucho tiempo, pues en algún momento todos ellos se terminan.

El más conocido es la Resiliencia, su raíz viene del término Resiliere que significa “volver a entrar saltando”, “saltar hacia arriba”, “rebotar”. Por tal motivo se considera que una persona resiliente es aquella que rebota en el problema, que a pesar de estar mal vuelve a entrar saltando a una vida mejor.

La Resiliencia es la capacidad humana para hacer frente a las adversidades de la vida y salir de ellas fortalecido, hay factores que la fortalecen desde que somos niños y eso nos ayuda a tener la capacidad de resolver problemas en la vida adulta, esos son el soporte social, fortaleza interna y habilidades.

YO TENGO

Éste es el soporte social, es saber que Yo tengo: personas a mi alrededor que me apoyan, personas que me ponen límites, ejemplos a seguir, quien me deja equivocarme para encontrar mi camino, personas en quienes confío. Esta red se ha formado con el tiempo y se ha fortalecido o disminuido en cada problema que enfrentamos, podemos tener en algún momento de nuestra vida muchos amigos que nos acompañan y en otro solo dos o tres, pero la cantidad no disminuye la calidad del soporte que brinda, en ocasiones una sola persona puede darte todo el apoyo que necesitas.

YO SOY

Es la primera parte de la fortaleza interna, y puede presentarse de diferentes formas, el saber que Yo soy una persona a la que otros quieren; Yo soy feliz cuando hago algo bueno; Yo soy respetuoso de mí y los demás. En esta parte están algunas de las cualidades que nos hacen sentir bien, que podemos compartir con los demás o actividades que hacemos para ser felices.

YO ESTOY

La segunda parte es situarnos en un contexto con una idea clara de lo que somos y lo que tenemos, para de esta manera poder decir Yo estoy seguro de que se solucionará, o Yo estoy dispuesto a hacerlo bien. En ocasiones esta fuente de Resiliencia se ve opacada por la culpa, y dependiendo si la persona alimenta esa culpa, puede llegar a eliminar las fuentes restantes.

YO PUEDO

Todas las habilidades que nosotros hemos aprendido sirven para mejorar, el “Yo puedo” está respaldado por todo lo que has hecho anteriormente para salir de problemas; un alcohólico que decide dejar de tomar se dice a sí mismo “Yo puedo controlarme”, alguien con dificultades económicas se dice “Yo puedo encontrar la manera de salir de esta situación”, y dependiendo de cada dificultad, el yo puedo se convierte en la confianza que tienes en ti.

Nada dura para siempre…

Estas cuatro fuentes de Resiliencia ayudan a salir de los problemas, pero que pasa cuando pasamos demasiado tiempo en ese problema y nuestras herramientas se van agorando poco a poco, hasta que llega un punto en que se terminan. Esto suena a algo malo, pues sería como perder toda esperanza y dejarse caer.

Sin embargo, no lo es. Hay personas que han vivido una situación y se acostumbran a estar ahí, y si la Resiliencia fuera interminable ellos continuarían así. Nuestra mente es algo maravilloso y por eso nos ofrece oportunidades de afrontar y aceptar, el que la Resiliencia se termine es como decirnos a nosotros mismos “ya lo intente así, ahora voy a hacerlo de otra manera”, se podría considerar una evasión, pero no es así porque en el tiempo que se estuvo en el problema se luchó para superarlo, se buscaron herramientas, se mostraron habilidades… pero al final no fue suficiente, y en ese momento otro mecanismo viene a amortiguar el golpe que nos dará la realidad.

Esto se debe a que la persona resiliente es solo ella, y vive su propia lucha, si está en una familia conflictiva, ella no puede solucionar todos los problemas, únicamente los suyos; pasa igual en la pareja, en el trabajo con los amigos; tú te vuelves parte de su soporte social, y por más que quieras que la persona o personas se den cuenta que pueden solucionarlo, hay un tiempo para cada uno de ellos y en algún momento usarán las herramientas que tienen o se terminará su Resiliencia.

“El mundo rompe a todos, y después, algunos son fuertes en los lugares rotos”. Ernest Hemingway

Sobreviviremos al próximo lunes… enfrentando los problemas con resiliencia, sin olvidar que no dura por siempre, después, habrá que cuestionarlo todo.

Nuevamente los invito a escribir cualquier duda, comentario, aclaración a mi correo alfredo.adj@gmail.com