DEL DIRECTOR

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                               El Durango “moreno” y la escasez de valores políticos

 

Ya tenemos en Durango, como en todo el país, una fuerza abrumadora que contagia a su paso y niega recibir dotes políticos ha causa del desastre que dejó el régimen priista hasta 2016. En Durango, hubo cambio antes que llegara “Morena”. La gente decidió ir por el cambio y negar la continuidad de un régimen planeado para durar 18 años. Ellos decían. Hoy tenemos poderes tripartitas: panista, ciudadano y ahora petista, pero la notoria ausencia de valores políticos ha dado al traste y maniatado el cambio en virtud que en los partidos no hay un líder visionario que lejos del arribismo, el oportunismo político, el chambismo, el chapulinismo, y demás vicios propios de políticos chanceros y ratas, genere una nueva visión que tenga como prioridad, rescatar a Durango del ostracismo, el atraso y sobre todo el desdén de sus propios ciudadanos. ¿Qué nos pasa?, ¿qué Durango no merece una mejor suerte, alejados de estos vicios que han dañado al erario y desde luego a la moral pública?, ¿no hay entre la sociedad un liderazgo ético que ofrezca certeza de un cambio razonado para un Durango que busca ser mejor? ¿cómo vamos a salir adelante si en el PRI, Ismael y Benítez no sueltan la posición repudiada ya a gritos por su base, y el PAN que no ofrece certeza de cambio porque está hundido en una serie de luchas tribales donde se ven mal los pintos y los colorados?, ¿cómo se ofrece “Morena” en Durango a configurar con la sociedad una avanzada si se ha llenado de chapulines y chapuceros chambistas en pos de una lucha que al interior de sus almas verdaderamente no sienten?, ¿cómo emerge el PT de sus cenizas hablando de innovación y lucha contra la corrupción cuando los 5 magníficos tienen 40 años en la pillada? Pues así no se puede. ¿Y la sociedad? Inerme, desarticulada, porque nadie tiene tiempo de estructurar ideas e hilvanar exigencias a sus pobres representaciones políticas. Desde que se habla de un Durango en el atraso, se habla de al menos 50 años y de esos 50 años, he estado en lo personal presente en un medio de comunicación como lo es LA VOZ y nunca nadie, le ha pasado factura con cobro inmediato a nuestras veleidades políticas…