Para Durango… La guerra que se avecina

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  • La ciudadanía enfrenta el año electoral más difícil de las últimas décadas.

La ciudadanía en Durango enfrenta políticamente uno de los años tal vez más difíciles de la administración pública. Con el triunfo avasallador de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales, el mapa ideológico nacional cambió bruscamente y la población de este estado será testigo presencial y activo participante de una batalla de sangre por las 39 presidencias municipales.

Desde el año pasado, José Ramón Enríquez Herrera -quien también participó en el 2018 y ganó una posición por la vía de primera mayoría en el Senado- ha cimentado un camino sinuoso hacia su verdadera misión, la gubernatura. Desafortunadamente, en el camino se ha confrontado abierta y directamente con el gobernador José Rosas Aispuro Torres, a quien acusó de bloquearlo, asimismo, con los integrantes de la Sexagésima Sexta Legislatura del Congreso, a quien hasta el momento les ganó un juicio para no ser inhabilitado, con los medios de comunicación con quienes ya no tiene eco, y con su propio gabinete sustituido ya en su mayoría.

El munícipe quiere la presidencia para luego dejarla ir por el gobierno estatal, puede buscarla por medio de la figura de la reelección con solo el apoyo de uno de los partidos que lo postuló, pero si va por Movimiento Ciudadano (MC) no tendrá el empuje que tuvo con la alianza que lo puso primeramente en la alcaldía. Enríquez Herrera busca desesperadamente alianzas, apoyos del propio Partido Acción Nacional (PAN) a nivel nacional, sin embargo, al interior del blanquiazul ya no tiene “amigos”, ahí tienen su propia lucha, el partido del sol azteca se volvió una estéril moneda de cambio, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) tiene resistencia pero no peso, y aliarse con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) sería como dar una maroma políticamente hablando.

En el tricolor las cosas se volvieron tristes, incómodas, es como ver un hombre maduro con canas, pero brioso y poderoso, comenzar el declive de su vida. Todas las elecciones que perdió le quitaron el brillo fulgurante de los ojos, sus hijos uno a uno, se están despidiendo para buscar un mejor futuro, sus manos antes duras y protectoras comienzan a sentir los achaques de la edad y ya no pueden dar golpes de autoridad, ya no pueden levantar a nadie, ya no pueden sostener a nadie. Antes su riqueza envidiada, hoy vuelve a sus legítimos dueños y apenas puede con la manutención de su casa.

Hasta ahora en el PRI nadie había levantado la mano para la presidencia de la capital, sin embargo, Arturo Yáñez Cuéllar y Gustavo Lugo Espinosa alzaron ya la voz. El primero, con más peso que el segundo y con posibilidades reales de quedarse ahí, pese a ello las sorpresas que pueden venir de la mente ilustrada y maquiavélica de un otrora gobernador de Durango que se encuentra en la cumbre nacional en las organizaciones campesinas puede dar un giro interesante a las candidaturas tomando en cuenta que por lo menos en este estado dejó raíces y fuertes alianzas que puede hacer válidas en cualquier momento.    Esteban Villegas compitiendo para la alcaldía (otra vez y con todo en contra), podría representar un serio desequilibrio para quien pretenda ganar tranquilamente los comicios.

Acción Nacional no es en estos momentos objeto de escrutinio y burla como en su momento lo fue el PRI por perderlo todo, no obstante, el PAN después del fenómeno Aispuro, volvió con su tradición perdedora. Solo Toño Ochoa ganó bien su contienda, el resto de los candidatos fueron apabullados y desplazados de la vida pública, incluso la carta fuerte del panismo local y continuo candidato a uno u otro puesto, Jorge Salum del Palacio perdió ante Morena su diputación federal frente a los tribunales y actualmente no figura en ninguna parte. Se decía que Paty Jiménez buscaría la venia del gobernador para respaldar una candidatura, hasta Gina Campuzano trataría de levantar la mano de haber la posibilidad, pero no han ganado nada y tal vez no vuelvan a ganar, no hay las condiciones, y no las habrá.

En donde sobran las manos alzadas es en el partido del presidente de la República. En Morena, todos quieren de todo, todos quieren una posición con sueldo federal, todos quieren también su propio feudo en un municipio. Son 39 los que hay que repartirse y honestamente hasta que AMLO ganó no se sabía que Morena tuviera más de 39 militantes en la capital, pero ahora sobran las currículas en la puerta de los tres personajes que desde el principio estuvieron afiliados a ese movimiento. Es también sabido que las manos del exgobernador Jorge Herrera Caldera están metidas ahí, con la asesoría a Novelo, con las posiciones en las diputaciones locales, con la asesoría de los “antiguos técnicos del PRI”. Lo anterior da un culatazo de desconfianza que si no es interpretado correctamente por los altos mandos de Morena podrían convertirse en los primeros reveses políticos del presidente de México.

En Durango capital está “apuntada” Sandra Amaya, quien cuenta ya por lo menos con la afiliación de tres partidos y que en un breve paso por la Jucopo del Congreso intentó posicionarse públicamente, pero desde adentro la bajaron de ese caballo. Por su parte Nacho Aguado, que desde sus redes sociales hace pública la relación íntima que tiene con los personajes más importantes de la Cuarta Transformación a nivel nacional deja entrever ya una franca campaña política con imagen y eslogan político dirigido hacia la presidencia. Pero no es todo tan fácil ya que en las filas del Movimiento también se encuentra Otniel García Navarro, quien ha movido sus cartas poco a poco con un perfil bajo y razonado pero que no descarta en cualquier momento dar el salto y ocupar ese abanderamiento.

Pero, ojo que hay otra ficha, más bien una reina en el tablero que nadie ha tomado en cuenta y es el hoy poderoso Partido del Trabajo (PT), que de la mano de su eterno líder (y prácticamente dueño), Alejandro González Yáñez, tiene un peso específico a nivel nacional y local sobre las candidaturas y no tendría nada de descabellado que de pronto “Gonzalo” cobijado por los morenistas pudiera presentarse en una candidatura que de ganarla cimentaría el camino hacia la gubernatura, pero ésta es solo una de las posibilidades que el pueblo de Durango está por enfrentar.

Aarón Quiñones/La Voz de Durango