La muerte del actor Chadwick Boseman, quien encarnó al personaje de Black Panther, deja un vacío en el mundo de los superhéroes.
Agencias
La sorpresiva muerte del actor Chadwick Boseman anunciada el pasado viernes, dejó sin duda, un vacío en el mundo de los superhéroes.
El afamado “rey de Wakanda” o también conocido en el habla hispana como “Pantera Negra”, quien fue considerado por la crítica internacional como un actor extraordinariamente talentoso, dominó la pantalla con un inmenso encanto, gran destreza y dinamismo, ganándose la admiración de miles de fanáticos.
El filme dirigido por Ryan Coogler, además de un éxito en taquilla con más de 1.300 millones de dólares de recaudación, fue un auténtico fenómeno social, convirtiéndose en símbolo para la comunidad negra estadounidense. Además, Black Panther hizo historia con sus siete nominaciones a los Óscar incluyendo la de Mejor Película, algo que nunca antes había logrado un filme basado en personajes de cómic.
Fue la amable confianza que pudo expresar en los emotivos argumentos en la corte o las feroces secuencias de acción, las que reforzaron su elocuente interpretación actoral dentro del mundo de Pantera Negra, logrando que los espectadores quisieran ver la película, ante la presencia de su nombre, si bien, en un principio, meramente desconocido, hasta convertirse en un astro inspirador de curiosidad y buena voluntad.
Fue una sigilosa estrella del cine, un actor que deslumbró en la superficie, mantuvo a raya lo crucial, como si poseyera un conocimiento profundo y misterioso.
GUERRA EN SILENCIO
Ahora sabemos que Boseman estuvo guardando un secreto personal: una batalla de cuatro años contra el cáncer que salió a la luz este viernes con su muerte a los 43 años.
La noticia fue un golpe devastador para la industria del entretenimiento, que se encuentra agitada, pero también fue un recordatorio, en un mundo que se alimenta implacablemente de los chismes de las celebridades, que algunas de las guerras más difíciles se libran en silencio.
Los rigores de la destreza de un actor y los problemas de la supervivencia de un cuerpo son cosas muy diferentes, aunque a nuestras películas les fascina retarnos, en contra de nuestro mejor juicio, para reconciliar las dos cosas, para tratar de hacer lógica la brecha que existe entre el actor que amamos y la persona que pensamos que conocemos.
INTÉRPRETE DE ICONOS AFROAMERICANOS
Ahora parece claro que en la pantalla y fuera de ella, Boseman tenía un genio particular para la sutileza,
un genio que mostró con un propósito inequívoco.
Boseman convenció por igual con los héroes y leyendas de las páginas de ficción y de la historia: fue el poderoso rey T’Challa en “Black Panther”, pero también fue Jackie Robinson en “42”, Thurgood Marshall en “Marshall” y James Brown en su más electrizante actuación en “Get on Up”.
¿De qué manera un hombre puede interpretar un icono tras otro, los afroamericanos, cuyos logros pioneros han remodelado los mundos predominantemente anglosajones del deporte profesional, la música popular, el Gobierno estadounidense y los superhéroes Marvel, sin ser engreído y autoagrandarse?
¿Sin resbalar y caer en una zona peligrosa en donde la ambición del actor parece ser superada por el ego del astro de las películas?.
Si Boseman inspiró esa pregunta, fue con toda seguridad porque su propia carrera fue la respuesta.
Ése fue un destino extraordinario de alguien, quien ante la evidencia de sus antiguas cintas y las muchas que vendrán, claramente apenas empezaba. (Con información de Los Ángeles Times).
