Graciela Rosales / La Voz de Durango
Es indudable que el mensaje que mandan los gobernadores de Acción Nacional en la proclama surgida de la reunión celebrada este fin en Guanajuato, es un fuerte llamado al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien se ha negado a dar acompañamiento solidario a las entidades, no solo en las crisis de salud y económica, sino en otras muchas causas que hacen eslabón en la cadena de respeto al marco de derecho y de la gobernabilidad nacional.
Los gobernadores de Chihuahua, Tamaulipas, Durango, Aguascalientes, Quintana Roo, Yucatán, Baja California Sur, Querétaro y Guanajuato, están buscando libertad para gobernar con soberanía política y suficiencia económica, mediante un nuevo pacto fiscal y es que han enfrentado la pandemia con recursos ordinarios, como si la emergencia sanitaria no tuviera un costo adicional importante y porque en estas, como en otras entidades, el gobierno federal ha desparecido programas de apoyos importantes, por lo que exigen lo que parecería ser en justicia les corresponde.
Uno de los apartados que más llaman la atención y estremece de tan solo pensarlo, es la posibilidad de que en el actual escenario pudiera convertirse en las próximas semanas en una emergencia humanitaria en donde emerja la violencia y la ingobernabilidad; la situación es crítica, pero esperemos que ese momento no llegue porque entonces el pueblo se cobraría de la peor manera las actitudes que lo han lastimado como sociedad.
Es difícil que en este momento se respete la pluralidad de las opiniones discrepantes y que no se satanice o descalifique las tareas propias de la oposición y el ejercicio de contrapesos y equilibrios propios a una democracia, más cuando como dijeron los gobernadores, prevalece la voluntad caprichosa de un solo hombre, en un país en donde las leyes cambian a mitad del juego sin reparar en la pérdida de inversiones que eso implica y sin tomar en cuenta la importancia de esas inversiones en un momento de crisis económica como la que vive el país.
Este pronunciamiento por la defensa de la libertad, de la democracia y del federalismo reproduce las preocupaciones frente al delicado momento, frente al deterioro de instituciones y la acechanza de organismos autónomos.
La trascendencia e importancia de la reunión, tiene que ver con una revisión del papel estratégico que la GOAN al parecer está dispuesto a tomar, no como oposición sino como un contrapeso, en un sistema federado y que sin duda podría provocar un distanciamiento con el gobierno federal que agravará la relación con los diferentes estados participantes.
La participación del gobernador del Estado de Durango, José Rosas Aispuro Torres, ha dejado claro que no buscan confrontaciones con el gobierno federal, sino caminar de la mano, sumar esfuerzos, lograr el acompañamiento del gobierno federal en un problema tan serio como la pandemia y sus efectos en la salud, en la economía y sobre todo en el ánimo de los mexicanos.
No se trata de un bloque opositor sino de la necesidad de establecer contrapesos ante la constante negativa a escuchar y atender necesidades de mexicanos que se están muriendo en plena pandemia con un semáforo color naranja en Durango, cuando el número casos positivos es superior al de la semana pasada cuando teníamos semáforo rojo y justamente cuando aumenta el número de muertos cuando se decide abrir los negocios y establecimientos comerciales, son justamente este tipo de contradicciones las que confunden a la ciudadanía.
