Palabra Dominical por el arzobispo Faustino Armendáriz

Solemnidad de la Santísima Trinidad

Yo soy el Señor, el Señor Dios, compasivo y clemente

Ex 34, 4-9

Este domingo celebramos la Solemnidad de la Santísima Trinidad. ¿Por qué la Iglesia celebra este Misterio? Para recordarnos que Dios en su gran Sabiduría quiso revelarnos la esencia de su Ser: Dios es Amor.

En una sociedad que se muestra desilusionada con un concepto lejano de divinidad, es urgente mostrar el rostro del Dios Vivo y Verdadero, el Dios que nos ha mostrado nuestro Señor Jesucristo, el Dios que es AMOR. Hacerlo desde la experiencia personal del predicador o del misionero, que comparte quien es Dios, no solo en teoría, sino como Dios amor ha actuado en su vida, y como le ha transformado.

Porque «Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna» (cf. 3, 16). Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia, y esto tiene implicaciones concretas en nuestra forma de vida.

Dios es Trinidad, Dios es comunidad, Dios es amor, y Él nos ha mandado que nos amenos los unos a los otros como Él nos ha amado, Pero ¿Es realmente posible creer y amar a Dios aunque no se le vea? Es verdad que nadie ha visto a Dios jamás, entonces ¿cómo podremos amarlo?.

La Palabra de Dios nos ilumina cuando afirma: «Si alguno dice: ‘‘amo a Dios”, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve» (1 Jn 4, 20). La fe en Dios que es amor exige la inseparable relación entre amor a Dios y amor al prójimo. Ambos están tan estrechamente entrelazados, que la afirmación de amar a Dios es en realidad una mentira si el hombre se cierra al prójimo o incluso lo odia. Esto implica que el amor del prójimo es un camino para encontrar a Dios, y que cerrar los ojos ante el prójimo nos convierte también en ciegos ante Dios.

Nuestra fe tiene un carácter social, cuando participamos de la Misa, fuente y culmen de la vida cristiana, yo quedo unido al Señor como todos los demás que comulgan «El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan», dice san Pablo (1 Co 10, 17). La unión con Cristo es al mismo tiempo unión con todos los demás a los que él se entrega. No puedo tener a Cristo sólo para mí; únicamente puedo pertenecerle en unión con todos los que son suyos o lo serán. La comunión me hace salir de mí mismo para ir hacia Él, y por tanto, también hacia los demás hermanos.

Hermanos, queda claro que el amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial, y esto en todas sus dimensiones. La Iglesia, como comunidad ha de poner en práctica el amor. Una tarea personal y comunitaria. Pero el amor necesita también una organización, como presupuesto para un servicio comunitario ordenado.

Por esta razón, en medio de esta emergencia sanitaria que ha ocasionado y ocasionará un sin fin de problemas, a la de la Palabra de Dios y en torno a esta Solemnidad de la Santísima Trinidad, quiero invitar a los sacerdotes de nuestra Diócesis, a todos los agentes de pastoral, y a todos los hombres de buena voluntad, a estar atentos a las necesidades de nuestros hermanos, que la creatividad propia del Espíritu Santo siga iluminándonos a todos y haciendo de nuestras comunidades centros de apoyo, acogida y solidaridad en estos momentos difíciles.  Siendo sensibles, en medio de las carencias,  a pensar que hay otros hermanos con más necesidad.

Pero es muy importante que la actividad caritativa de la Iglesia mantenga todo su esplendor y no se diluya en una organización asistencial genérica; la caridad no ha de ser interesada, es decir, un medio en función de lo que hoy se considera proselitismo. El amor es gratuito; no se practica para obtener otros objetivos. El cristiano sabe cuándo es tiempo de hablar de Dios y cuándo es oportuno callar sobre Él, dejando que hable sólo el amor, solo el testimonio de las obras, para ser testigos creíbles en nuestra comunidad.

+ FAUSTINO ARMENDÁRIZ JIMÉNEZ

Arzobispo de Durango

Related Articles

[td_block_social_counter facebook="tagdiv" twitter="tagdivofficial" youtube="tagdiv" style="style8 td-social-boxed td-social-font-icons" tdc_css="eyJhbGwiOnsibWFyZ2luLWJvdHRvbSI6IjM4IiwiZGlzcGxheSI6IiJ9LCJwb3J0cmFpdCI6eyJtYXJnaW4tYm90dG9tIjoiMzAiLCJkaXNwbGF5IjoiIn0sInBvcnRyYWl0X21heF93aWR0aCI6MTAxOCwicG9ydHJhaXRfbWluX3dpZHRoIjo3Njh9" custom_title="Stay Connected" block_template_id="td_block_template_8" f_header_font_family="712" f_header_font_transform="uppercase" f_header_font_weight="500" f_header_font_size="17" border_color="#dd3333"]
- Advertisement -spot_img

Latest Articles