- Invitados a la peregrinación.
- La celebración inicia con “Las mañanitas”, una magna peregrinación y la santa misa.
Graciela Rosales/La Voz de Durango
Las peregrinaciones, danzas, flores, rosarios, son una muestra de fe, que se han repetido por muchos años con motivo de la celebración del Día de la Virgen de Guadalupe; por eso la Iglesia católica impulsa la práctica religiosa que este año, iniciará las 12:00 de la noche del jueves 11 con las tradicionales “Mañanitas”, por la tarde se realizará la magna peregrinación para culminar con la santa misa, presidida por monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, arzobispo de Durango.
Noé Soto Valdez, vocero de la Arquidiócesis dio a conocer lo anterior, indicando que la peregrinación a la que todos están convocados, iniciará a las 4 de la tarde en la Catedral Basílica Menor, de donde caminarán hasta el Santuario de Guadalupe, en donde el arzobispo oficiará la celebración eucarística.
Y es que los mexicanos vemos a la Virgen de Guadalupe como una madre, vamos al templo, la visitamos, le contamos nuestras penas, le pedimos ayuda y le agradecemos con oraciones y flores la fe que nos mantiene de pie en momentos difíciles, por lo que todos de una u otra manera atravesamos en nuestra vida”, por eso es importante el 12 de diciembre, señala Pedro Padilla Luna.
Católico desde niño, originario de Pueblo Nuevo, a sus 82 años, don Pedro nos comparte su fe mientras se recupera de la larga peregrinación, el último tramo donde empieza la explanada de los Insurgentes, hasta el santuario lo hizo de rodillas.
“Vengo con gusto a agradecerle a la Virgen que me ha dado salud, que mis hijos están bien y aunque las cosas son difíciles hemos tenido que comer y así de viejo todavía trabajo, soy velador y mantengo a mi mujer y a un nieto”.
Y agrega, “el padrecito me dijo que no tengo que venir de rodillas, que puedo agradecer a la Virgen portándome bien, pero yo quiero hacerlo, siempre lo he hecho, soy peregrino de esta causa, desde que era niño, ella se merece este sacrificio y pos no tengo nada más que ofrecerle”.
Así de ese tamaño es la fe y el amor que los mexicanos profesamos a la Virgen Morena.
