Una feria fifí o ciudadana
El señor Miguel Castro Mayagoitia, -hijo de aquel célebre alcalde de Gómez Palacio y secretario privado del exgobernador Mayagoitia del mismo nombre—fue nombrado ayer presidente del patronato de feria (Fenadu).
Sin atropellos, sin atropellos.
No va a cobrar, pues su nombramiento es honorífico, y junto a él en ese patronato hay otros empresarios o comerciantes, con lo que se prevé que la feria adquirirá un cariz “fifí”, lo que no importa siempre y cuando no deje de ser ciudadano el festejo donde ricos y pobres entren a divertirse y a conocer la raíz de su tierra. Pero la Fenadu es una gran oportunidad de hacer negocios, pues entran millones de personas, es una vitrina pública con lo que al rato el aludido nuevo presidente va a tener ganas de ser alcalde o diputado o mil cosas. La Fenadu es un reflector, aunque también la oportunidad de hacer las cosas bien por Durango.
Yo desconfío, y discúlpenme Ustedes, pero luego de perder espacios vitales para la durangueñidad, un sobresalto me hace pensar mal: perdimos los terrenos del ex DIF, perdimos los terrenos de la ex feria, hemos perdido notorias reservas territoriales alrededor de la ciudad y todos esos terrenos están en manos de empresarios y exgobernadores. Ahora tenemos una cauda de empresarios que quieren puestos en el gobierno como ese otro patronato llamado Codedur que no lo veo como una oportunidad de desarrollo, sino como una farsa más a costillas del crédulo duranguense. Ahí están los empresarios que fueron beneficiados en el régimen de Los Herrera donde perdonaron impuestos, les prestaron dinero, les dieron obra y concesiones y la robadera nunca tuvo llenadera, por eso desconfío, pero voy a prender una veladora sanagustina para rogarle al Creador que no pase nada.
Veremos si la Fenadu es social y ciudadana o se vuelve fifí, y no hay más que exigirle a Castro Mayagoitia que no atropelle a nadie, que sea incluyente y animoso, que el festejo sea un festejo de los durangueños y no uno de los saqueadores que año con año se enriquecen con la Fenadu.
Digo y vuelvo a decir, Castro, no atropelle a nadie.
