El Universal
La cantante española Natalia Jiménez invitó al hijo de «El Potrillo», Alex Fernández, quien está iniciando su carrera musical, para hacer un dueto en nueva producción discográfica, pero nunca se presentó mientras que otras figuras de la música vernácula aceptaron gustosamente el llamado.
«Invité a Alex Fernández y nunca llegó. Entonces pues no sé, por eso no sale en el disco, pues invitado estaba», dijo Natalia en conferencia de prensa.
La cantante quiso hacer un tributo a la música mexicana por el amor que le tiene. Para esto convocó a varios cantantes que interpretan ese género musical, es por ello que, entre ella y la disquera, buscaron a cantantes con reconocida trayectoria.
Aseguró que en el caso de la Banda MS y El Bebeto fue el sello quien los contactó. «El proyecto salió adelante y ahora soy la única que tiene un dueto con MS. Más adelante ellos sacarán otros temas que grabamos juntos y que quedaron increíbles», comentó.
«Con Lila (Downs), bueno ella es un monstruo y me da miedo. Quería ver si al verla me asusta de verdad porque canta increíble, pero dije tengo que traerla y cantar ‘La cigarra’, que es una de las canciones más difíciles que hay y fue increíble. Traer a Lila fue lo máximo, yo tenía años escuchando su música», añadió.
La voz México fue el programa que hizo que iniciara una profunda amistad entre Carlos Rivera y Natalia: «en este disco yo pensé que ‘El destino’ sería la canción perfecta por ese momento maravilloso en donde Juan Gabriel y Rocío Durcal se dedican su amor mutuo y admiración, y eso es lo que siento con Carlitos. Yo lo quiero muchísimo y esa canción define muy bien lo que siento por él y él me decía, ‘Yo siento lo mismo por ti’. Nos queremos los dos, pero vaya no hubo tanto, ¡eh! Ya quisiera yo», expresó entre risas.
Al contario de Alex, quien la dejó plantada, Paquita la del Barrio, representante la música arrabal, le gradeció la colaboración. «Conseguí que me dijera gracias y eso es un paso enorme en la humanidad», dijo la intérprete al recordar su colaboración en «Juro que no volveré».