Para qué discutir si podemos arreglarlo a microfonazos
Aarón Quiñones/ La Voz de Durango
Vaya que hubo polémica en esta semana que recién pasó en el ámbito político local y de la comunicación. Ustedes no están para saberlo, pero yo sí para contarlo, las “vacas sagradas” del periodismo se “peliaron” en redes sociales, que es que, por la mañanera, que porque fuimos como gremio entre comillas periodístico el hazme reír a nivel nacional. Desde ahí ya empezamos mal, ¿que no se supone que lo importante es Durango, su gente, su economía?, “chale mano”, los periodistas tenemos 4 hectáreas de ego y una cuenta con 100 pesos en BanCoppel.
Zarco se ha de estar revolcando en su tumba
Ya que estamos encarrilados hay que darle por este tema sin nombrar a nadie en particular porque si no me dejan de hablar, ni aguantan nada. Lo único que evidenció la “mañanera” del pasado viernes son las profundas e irreparables diferencias que existen entre periodistas, comunicadores, chismosos y demás dedicados a informar en esta entidad. No tenemos la misma formación, no dominamos las mismas técnicas, las mismas especialidades, no entendemos el fenómeno social de la comunicación de la misma forma, es más, no entendemos la responsabilidad que tenemos en nuestra labor.
No se ofendan compañeros, pero la mayoría hace comunicación para vivir, ¿Quién les dijo que esa profesión es para eso? Los ejemplos no me alcanzarían en un libro del ancho de la Biblia para nombrar a los mártires de la comunicación que prefirieron comer balas que vivir del erario o del crimen. Francisco Zarco se está revolcando en su tumba por nuestra obtusa forma de visualizar este fenómeno social.
Muchos creemos que estamos ahí para lucir, para trascender y porque en un momento dado ir a donde pagan más, aquí en Durango eso es gobierno, pero en otras partes sería Televisa, TV Azteca, los grandes periódicos, los espectaculares con nuestra foto y el horario de nuestro noticiario. En fin, ya sé que muchos ya sintieron la pedrada, pero a lo que voy es a esto, que ni somos lo que decimos porque a final de cuentas seguimos una “línea”, una “orden”, un “criterio”, una “posición”, etcétera, como se quiera decirle, pero en pocas palabras son instrucciones claras sobre qué informar, qué preguntar y qué decir y el que venga y me diga que no es cierto, pues que venga, che mentiroso, ja, ja, ja.
Hay muy pocos ejemplos de quien ha aguantado vara con tal de hacer el verdadero trabajo del comunicador que es: cha, cha, cha, chan, ¡estar del lado del pueblo siempre!, ¡Ah, verdad!, esa no se la sabían, los medios somos las armas de la gente, lo que quieren decir, sus sufrimientos y carencias, qué lastima que eso ya se nos olvidó.
Cómo que se les asomó el código postal, ¿no?
Para toda esa raza “resentidilla” porque hace tres años les fue arrebatado el poder y que tiznaba y tiznaba que porque no se hacía bien la gestión, que el dinero federal ahí estaba solo, hay que saber cómo bajarlo, que esta administración no tiene la gente adecuada, pues déjenme decirles que el presidente Andrés Manuel López Obrador les acaba de tapar la boca con un “cachetadón guajolotero”.
Como tres o cuatro veces durante su mañanera a nivel na-cio-nal, nombró al gobernador José Rosas Aispuro Torres de Durango como uno de los mejores promotores de su estado, y como un muy buen gobernador preocupado por su gente y el desarrollo de su pueblo, cosa que no cualquiera, déjeme decirle, nada le costaba no decir nada. Lo que sea de cada quien al “Presi” le salió por sí solo ese distinguido reconocimiento, hay que citarlo.
Yo pienso que esos comentarios del Tlatoani mayor fueron calentando el humor a las sacerdotisas mayores del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que, sin importarles un ápice de jerga, el sentido común, que son figuras públicas, la lógica, la educación (conste que son profesoras), y el más mínimo sentido de po-lí-ti-ca, hicieron su “torcidota” de cara cuando su gobernador acabó el discurso.
Como que se les asomó el código postal, ¿no? ja, ja, ja, y no es por nada, pero imagínese que usted va a pedirles ayuda a estas damas y que le retuerzan el gesto de esa manera. Yo aviento todo, comienzo a correr y a rezar para que no me roben el alma.
Pero no se lo tomen a mal, esto es cotorreo, no me vayan a mandar un comunicado acompañado de un “trabajo” para que a mi también se me tuerza la cara.

