MTF. Alfredo Arévalo
Cuando era adolescente estaban de moda los libros de Carlos Cuauhtémoc Sánchez “Juventud en Éxtasis” y “Un grito desesperado”, y ese sería el primer acercamiento a los libros de superación personal y autoayuda, en lo personal no me agrada la filosofía que tienen, aun cuando el estilo de Cuauhtémoc Sánchez es muy diferente al de Paulo Coelho quien motiva al lector a luchar por sus sueños, la esencia es la misma.
La mayoría de los libros de autoayuda o superación personal manejan una premisa “eres especial y puedes conseguir lo que deseas”, de igual manera este tipo de creencia llego a formar parte de la paternidad en una época, donde a los hijos se les decía que eran “especiales y únicos”.
Y ahí viene una verdad a medias, en la primer frase, claro que somos especiales, y en la segunda, por supuesto que somos únicos, el problema está en que ciertas generaciones han creído que por ser especiales y únicos tendrán todo lo que desean sin trabajo, y en ese aspecto el desarrollo personal se ha convertido en un negocio y su máxima expresión son los libros de autoayuda.
Muchos de ellos están basados en ideas que se han ido perpetuando a lo largo del tiempo, pero sin ninguna utilidad demostrable, de ahí que haya tanta gente enganchada a ellos sin obtener ningún resultado. Algunos se centran en la experiencia de su autor que narra su historia de éxito sin tener en cuenta dos cosas: que cada persona vive circunstancias distintas, y que en esas historias se omiten las partes difíciles.
Otros utilizan fábulas que quizás resulten motivadoras, y esto funciona de manera momentánea, te abre los ojos y dices para ti mismo “ahí está, me esforzare para conseguirlo”, pero la magia del libro se desvanece al toparse con la primera dificultad, y es que si bien hay muchas historias de éxito, estas han pasado por un proceso de preparación previa antes de conseguir el anhelado objetivo. De cierta manera imagino los libros de autoayuda como una persona con sobrepeso que quiere adelgazar viendo gente hacer ejercicio, y aun en esta analogía, si esta mucho tiempo haciendo esa actividad sin comer tal vez lo consiga, nunca se sabe.
La idea de luchar hasta conseguirlo también es un tanto complicada, pues hay actividades en las que no eres bueno, aun cuando pongas todo tu empeño, pero también hay ocasiones en que el trabajo duro el caer y levantarte va dándote la experiencia para conseguir ese sueño. Sin embargo, hay gente que lo toma literal y llegan a buscar un buen trabajo, bien remunerado, con solo el sueño pero sin ninguna habilidad, para ello Odín Dupeyron tiene un monologo muy acertado.
Pero, ¿a qué se debe que las ideas que se manejan en estos libros tengan tanta aceptación? Básicamente a la necesidad de buscar las respuestas fuera.
Como lo he mencionado en artículos anteriores es difícil hacer una introspección, nos aterra la idea de lo que vamos a encontrar, y la mayoría de las veces no es nada malo, pero aun así es preferible no mirar dentro. Por tal motivo buscamos historias de éxito, gente a quien imitar, soluciones para un corazón roto, para ser felices, para conseguir éxito, poder, dinero, pero todo por afuera.
Hay muchas buenas historias, al igual que muchos buenos autores, pero al final todo será responsabilidad del lector, puedes encontrar conocimiento en cualquier parte, lo esencial es como lo apliques a tu vida, de acuerdo a tus necesidades, pues eres especial y único.
“Unos pueden leer Guerra y Paz y cerrar el libro creyendo que han leído una novela de aventuras, otros pueden leer los ingredientes de una pastilla de chicle y descifrar los secretos del universo.” Superman
Sobreviviremos al próximo lunes si nos unimos a la paranoia colectiva, ahí estaremos a salvo… pero hay que cuestionarlo todo para cultivar tu propio criterio….
Para las familias que tengan alguna problemática y necesiten apoyo, pueden acudir al Centro Universitario de Salud Mental (CEUSAM) en la Facultad de Trabajo Social, abierto en un horario de 4 a 8 de la tarde o al teléfono 817-66-63.
