Por: Alejandra Solís
Queridos lectores, si alguna vez has venido a consulta con un fisioterapeuta, sabes que una de las primeras preguntas que te haremos es: «Del 0 al 10, ¿Cómo calificarías tu dolor?» A veces veo que mis pacientes dudan, se frustran, o incluso sonríen incómodos porque no saben qué número decir. Hoy quiero explicarte por qué esta pregunta aparentemente simple es tan importante para tu tratamiento.
NO ESTAMOS COMPARÁNDOTE CON NADIE
Lo primero que debes entender es que cuando te pido ese número, no lo estoy comparando con el de otros pacientes ni con mi propia experiencia del dolor. Tu escala es única y completamente tuya. Si me dices que tu dolor es un 3, no significa que sea «menos importante» que el 8 de otra persona. El dolor es profundamente subjetivo y solo tú puedes definir qué significa cada número en tu propia experiencia.
He visto pacientes que llegan cojeando marcadamente y me dicen «es un 2», mientras otros reportan un 8 y se mueven con aparente facilidad. ¿Significa que uno exagera y el otro minimiza? No. Simplemente tienen umbrales de dolor diferentes. Algunas personas tienen una tolerancia al dolor altísima, otras tienden a la hipersensibilidad. Ambas respuestas son válidas.
¿PARA QUÉ SIRVE?
La escala del dolor nos sirve para tres cosas fundamentales:
PRIMERO
Establecer tu línea base personal. Cuando me dices que hoy tu dolor es un 6, anoto ese número. Si una semana después me dices que es un 4, sé que estamos avanzando. No importa si tú 4 sería un 7 para otra persona; lo que importa es que para ti ha disminuido.
SEGUNDO
Entender cómo varían tus sensaciones con diferentes movimientos y actividades. «¿Cómo cambia el número si haces esto? ¿Y si hacemos esto otro?» Esa información me ayuda a identificar patrones y diseñar o ajustar tu tratamiento.
TERCERO
Observar cómo te relacionas con tu dolor. Algunos pacientes pueden ponerle número inmediatamente, otros necesitan pensar mucho. Esa dificultad para cuantificar también nos revela información valiosa sobre cómo procesas las sensaciones, lo que puede incidir en el éxito del tratamiento y en tu riesgo de futuras lesiones.
MÁS ALLÁ DEL NÚMERO
La realidad es que la escala del dolor es solo el punto de partida de una conversación mucho más amplia. Después del número vienen importantes preguntas cualitativas: ¿Es punzante o sordo? ¿Constante o intermitente? ¿Mejora con movimiento o con reposo? Todas estas descripciones me ayudan a construir una imagen completa de lo que está sucediendo.
PONERLE PALABRAS A TU CUERPO
Como fisioterapeutas, parte esencial de nuestro trabajo es darte herramientas para entender mejor tu propio cuerpo. Ponerle palabras y números a las sensaciones que experimentas no es un ejercicio trivial; es aprender a escucharte, a notar cambios sutiles y a ser consciente de tu progreso.
Finalmente, no estamos trabajando solamente con tejidos del cuerpo. Estamos trabajando contigo, con tu experiencia única del dolor, con tu historia, tu contexto y, sobre todo, tus objetivos.
RECUERDA
Si necesitas aprender a interpretar y gestionar mejor las señales de tu cuerpo, agenda una evaluación en Fisioterapia Funcional, contáctame en http://bio.site/fisioterapia.funcional