Por: José Adrián Ayala Simental.
Hola, nos encontramos de nuevo compartiéndote otro interesante tema, que a ti como padre de familia te permitan apoyar el desarrollo deportivo de tu o tus hijos de acuerdo a la experiencia y desde el lado de mi especialidad, soy José Adrián Ayala Simental, me desempeño como psicólogo deportivo y te envió un gran saludo.
¿QUIÉN ESTÁ EDUCANDO REALMENTE A NUESTROS HIJOS, NOSOTROS O EL CELULAR?
Cada vez más niños y jóvenes tienen un celular en la mano antes de aprender a diferenciar lo que está bien de lo que está mal. Lo que comenzó como una herramienta de comunicación se ha transformado en un sustituto de crianza, un refugio emocional y, en muchos casos, en el principal obstáculo para su formación personal y deportiva.
LOS ESTUDIOS SON CLAROS
El uso excesivo de pantallas desde edades tempranas está asociado con déficit de atención, alteraciones en el sueño, mayor ansiedad, depresión, problemas de socialización y menor rendimiento académico y deportivo. Y lo más alarmante: mientras más tiempo pasan frente a una pantalla, menos desarrollan la tolerancia a la frustración, la disciplina y la capacidad de esfuerzo, que son precisamente las bases del deporte y de la vida.
LO QUE FOMENTAMOS CON UN CELULAR EN MANOS DE UN NIÑO PEQUEÑO
- Dependencia emocional: aprenden a regularse con estímulos externos en lugar de construir fortaleza interna.
- Validación superficial: creen que su valor está en la cantidad de seguidores o “likes”, no en el esfuerzo, la constancia o la autenticidad.
- Ansiedad y comparación constante: las redes sociales exponen a nuestros hijos a un mundo de perfección irreal que los hace sentirse insuficientes.
- Rendimiento deportivo afectado: duermen menos, descansan peor, pierden concentración en entrenamientos y partidos.
- Aislamiento real: cada vez son menos capaces de conectar cara a cara, lo que impacta en su vida personal y en la confianza dentro del equipo.
Y lo más duro de aceptar es que, muchas veces, somos los propios padres y entrenadores quienes entregamos ese dispositivo sin límites claros, sin supervisión y sin conciencia del impacto a largo plazo. Estamos normalizando que una pantalla eduque más que una familia, que distraiga más que un balón, y que influya más que un entrenador.
¿QUÉ PODEMOS HACER COMO PADRES Y ENTRENADORES?
Establecer límites firmes y no negociables: un niño no necesita redes sociales ni acceso ilimitado a internet. Necesita guía, seguridad y estructura.
- Dar el ejemplo: no hay coherencia en pedir a un joven que deje el celular si los adultos lo usamos en la mesa, en entrenamientos o en cualquier momento. La educación empieza en el ejemplo.
- Ofrecer alternativas de valor: fomenta lectura, descanso real, diálogo familiar, actividades creativas y entrenamiento mental. El tiempo libre no debe llenarse con pantallas, sino con experiencias que construyan carácter.
RECUERDA
El celular no es el enemigo. El enemigo es entregarlo sin límites, sin acompañamiento y sin conciencia del daño que puede provocar. La tecnología puede esperar, pero la niñez, la adolescencia y los sueños de nuestros hijos no.
TODO ES IMPORTANTE
Si queremos formar deportistas completos, debemos entender que su entrenamiento no se mide solo en fuerza, resistencia y técnica… también en cómo cuidan su mente y sus emociones. Y ese cuidado empieza por lo que consumen todos los días, no solo en el campo, sino en la palma de su mano.
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Por esta ocasión busque presentarme y la siguiente edición comenzará a compartir diversos temas como los que publico en @Adrian Ayala Psicólogo Terapia Cognitivo Conductual en Facebook, @adrian_psicologo en Instagram y también @ayala022 en TikTok.