>El evento registró lleno total durante la noche del jueves 14 de agosto en el IBA-UJED.
Por Juan José Nava / La Voz de Durango
La Orquesta de Cámara de la Universidad Juárez del Estado de Durango (OCUJED) entregó con éxito su octavo concierto del año con lleno total en el patio principal del Instituto de Bellas Artes (IBA-UJED).
En esta ocasión, el evento llevó por título “Aprendí de niño recuerdo a cantar”, inspirado en la letra del corrido “Durango, Durango” del compositor Miguel Ángel Gallardo (1901-1977), el cual llevó expresamente una dedicatoria a las creaciones de autores insignes duranguenses que, a lo largo de nuestra historia, han sido forjadores del gran patrimonio cultural sinónimo de la identidad inmaterial que nos representa.
Bajo la batuta del maestro Miguel Ángel Burciaga, la OCUJED abrió la noche con la pieza “Lindas Mexicanas” del destacado compositor duranguense, especialmente de música marcial, Velino M.Preza (1866-1944), un cumplido dirigido a todas las mujeres mexicanas que sirvió de arranque para enganchar y mantener a la audiencia expectante al borde de sus asientos.
El repertorio fue vasto y abarcó desde los primeros años del México independiente hasta el siglo XXI, haciendo un recorrido agradable, alegre y predominantemente divertido que logró saltar una que otra sonrisa afable desde las butacas del respetable.
Para acentuar más aún este ambiente festivo, se contó con la participación de la soprano Laura Schroeder, quien ha hecho una importante contribución al rescate de las canciones de Durango. Su invitación a este evento no podía pasar desapercibida y desde que arribó al escenario, desprendió una impresión muy poderosa logrando hacer suyo el recinto con tan marcado sello vocal agudo y brillante, denotando elocuencia expresiva.
La soprano, quien, además, es una distinguida catedrática en la Escuela Superior de Música de la máxima casa de estudios, cautivó transmitiendo emociones intensas que conectaron a través del “Ave María” de Ricardo Castro (1864-1907), pero también, resaltó su lado histriónico al relajar y entretener con “No me caso” también de Ricardo Castro que, al concluir su participación, le valió un par de dádivas y prolongadas ovaciones de parte del respetable.
Otras piezas que cautivaron y mantuvieron la energía vibrante fueron “Vals Hortensia” y “Vals Fantástico” de Alfredo A.González (1904-1983), “La pepa” de Luis Baca (1826-1855), “Brumas de oriente (vals) de Arturo Lugo, la siempre recordada “Vals Recuerdo” de Alberto M.Alvarado (1864-1939) y un plus denominada “Canon suite” con cuatro movimientos de la inspiración del propio Miguel Ángel Burciaga (1992), quien además de fungir como director de orquesta, maestro de música y un estudioso del arte musical, se encamina como un compositor contemporáneo que busca sentar un precedente en la historia de Durango.