Por: L.N. Cuquis Hinojosa
Queridos lectores, nos volvemos a encontrar en esta edición. Para esta ocasión les voy a compartir otro tema muy interesante como lo es la Microbiota intestinal y diabetes: una conexión que no puedes ignorar.
HISTÓRICAMENTE
Durante muchos años se pensó que la diabetes tipo 2 era solo una consecuencia del exceso de azúcar, sedentarismo y predisposición genética. Sin embargo, la ciencia actual ha revelado una pieza clave que hasta hace poco pasaba desapercibida: microbiota intestinal.
LA MICROBIOTA
Es el conjunto de millones de microorganismos (bacterias, hongos y virus) que habitan principalmente en nuestros intestinos. Más allá de ayudarnos a digerir los alimentos, hoy sabemos que cumplen funciones críticas en el metabolismo, el sistema inmunológico, la inflamación y la regulación de la glucosa.
¿QUÉ TIENE QUE VER LA MICROBIOTA CON LA DIABETES?
Estudios recientes han encontrado que las personas con diabetes tipo 2 suelen tener una microbiota menos diversa y con predominio de bacterias inflamatorias. Esta alteración, conocida como disbiosis, afecta la forma en que nuestro cuerpo utiliza la glucosa y puede incluso interferir en la producción y acción de la insulina.
ADEMÁS
Una microbiota desequilibrada produce metabolitos tóxicos que aumentan la inflamación sistémica, uno de los principales detonantes de la resistencia a la insulina. En otras palabras: un intestino desequilibrado puede ser el origen silencioso de muchos trastornos metabólicos.
¿CÓMO MEJORAR LA MICROBIOTA?
La buena noticia es que sí podemos intervenir en la salud intestinal. Algunas estrategias sencillas pero efectivas incluyen:
- Aumentar el consumo de fibra (frutas, verduras, legumbres y cereales integrales).
- Incluir alimentos fermentados como yogur natural, kéfir, kombucha o chucrut.
- Reducir el consumo de azúcares y ultraprocesados.
- Priorizar el consumo de prebióticos y probióticos cuando estén indicados.
- Mantener un estilo de vida activo y reducir el estrés.
UNA NUEVA MIRADA A LA PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
Cada vez más especialistas coinciden en que la atención nutricional para personas con diabetes debe considerar no solo el conteo de carbohidratos o las calorías, sino también el estado de su microbiota. Evaluar y mejorar este ecosistema intestinal puede marcar una gran diferencia en el control de la enfermedad y en la calidad de vida. La relación entre microbiota y diabetes nos recuerda algo fundamental: no solo alimentamos a nuestro cuerpo, también alimentamos a nuestros microbios. Y si ellos están bien, nosotros también lo estaremos.
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