Por: José Adrián Ayala Simental.
Hola, nos encontramos de nuevo compartiéndote otro interesante tema, que a ti como padre de familia te permitan apoyar el desarrollo deportivo de tu o tus hijos de acuerdo a la experiencia y desde el lado de mi especialidad. La ira en los niños: una emoción poderosa que necesita guía y comprensión
LA IRA EN LOS NIÑOS
La ira es una emoción que forma parte natural del ser humano desde la infancia. Aunque a menudo se le percibe como negativa o problemática, la ira en realidad cumple una función adaptativa importante: es una señal de que algo no está bien, de que se ha experimentado una injusticia, frustración o amenaza. En los niños, esta emoción es tan válida como cualquier otra, pero su manifestación puede ser desafiante para los padres, maestros y entrenadores.
¿POR QUÉ LOS NIÑOS SIENTEN IRA Y POR QUÉ A VECES EXPLOTAN?
Los niños están en un proceso constante de aprendizaje emocional. A diferencia de los adultos, no siempre cuentan con las herramientas para identificar lo que sienten, ni mucho menos para expresarlo de manera saludable. La ira puede surgir en situaciones donde se sienten frustrados, impotentes o incomprendidos. Puede manifestarse en berrinches, gritos, agresiones o conductas disruptivas, lo que suele generar preocupación o incluso rechazo por parte de los adultos a cargo.
ES IMPORTANTE ENTENDER
Que esas conductas no son un capricho ni una muestra de mala crianza. Detrás de la conducta difícil casi siempre hay una emoción intensa que no sabe cómo ser canalizada. La ira es un lenguaje que el niño usa para comunicar que algo le duele, que no sabe cómo manejar lo que le pasa.
LA IRA EN EL DEPORTE: UN ESPEJO DE LA VIDA
En el contexto deportivo, la ira también aparece con frecuencia, y a veces de forma muy evidente. La competencia, la presión por el rendimiento, la frustración por errores propios o ajenos, y la necesidad de ganar pueden despertar esta emoción. En el deporte, igual que en la vida, aprender a gestionar la ira es crucial para el desarrollo emocional y el bienestar del niño.
EL DEPORTE
Ofrece una gran oportunidad para que los niños aprendan a manejar emociones fuertes como la ira. Pero para que esta enseñanza sea efectiva, deben existir modelos de conducta adecuados, tanto en casa como en el equipo, y un acompañamiento emocional consciente. Si un niño sólo experimenta castigos o regaños cuando se enoja, no aprende a regular esa emoción; sólo aprende a esconderla o a expresarla de manera dañina.
¿QUÉ PUEDEN HACER LOS PADRES PARA ACOMPAÑAR A SUS HIJOS EN ESTE PROCESO?
La labor de los padres es fundamental para que los niños aprendan a reconocer, expresar y manejar la ira de manera saludable. A continuación, algunos puntos clave para este acompañamiento:
- VALIDAR LA EMOCIÓN ANTES QUE LA CONDUCTA
No es lo mismo decir “no te enojes” que “entiendo que estés enojado”. Validar la emoción ayuda al niño a sentirse comprendido y reduce la intensidad del enojo, lo que facilita que pueda escuchar y aprender otras formas de expresión.
- ENSEÑAR HABILIDADES DE REGULACIÓN EMOCIONAL
Los niños necesitan herramientas concretas para calmarse cuando sienten ira. Respirar profundo, contar hasta diez, tomarse un tiempo fuera, hablar con un adulto o hacer ejercicio son estrategias que pueden aprender para canalizar la emoción.
- PROMOVER LA COMUNICACIÓN ABIERTA
Fomentar un ambiente donde el niño se sienta seguro para expresar lo que siente sin miedo a ser juzgado o castigado es esencial para su desarrollo emocional.
- USAR EL DEPORTE COMO MEDIO PARA TRABAJAR LA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN
El deporte no solo es competencia; es aprendizaje de la paciencia, el esfuerzo, el respeto a las reglas y el control emocional. Padres y entrenadores deben ser guías que modelen estas habilidades.
- EVITAR CASTIGOS SEVEROS O DESCALIFICACIONES
Reprender o ridiculizar al niño cuando expresa ira solo genera más confusión y malestar. En su lugar, la disciplina debe ser constructiva y enfocada en la enseñanza de conductas adecuadas.
CUANDO LA IRA SE VUELVE UN PROBLEMA SERIO
Aunque la ira es una emoción normal, cuando su manifestación es frecuente, intensa o descontrolada, puede afectar la vida social, académica y familiar del niño. En estos casos, puede estar vinculada a problemas emocionales más profundos como ansiedad, depresión o trastornos del comportamiento que requieren atención profesional. Como psicólogo, he visto que muchos niños y adolescentes que experimentan dificultades para manejar la ira también viven inseguridades y sentimientos de baja autoestima. La intervención temprana y el acompañamiento psicológico pueden marcar una gran diferencia en su desarrollo y calidad de vida.
CONCLUSIÓN
Acompañar a un niño en la gestión de su ira es un acto de amor y paciencia que requiere comprensión y herramientas adecuadas. Los padres y adultos significativos tienen el poder de transformar una emoción compleja en una oportunidad de crecimiento y aprendizaje. El deporte, como extensión de la vida misma, puede ser una escuela de emociones si se sabe guiar correctamente. Enseñar a los niños a manejar la ira es enseñarles a ser personas más completas, resilientes y emocionalmente sanas.
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Como psicólogo y exfutbolista profesional, entiendo la importancia de trabajar la inteligencia emocional desde la infancia. Si quieres acompañar a tu hijo en este camino, estoy para ayudarte, búscame como @Adrian Ayala Psicólogo Terapia Cognitivo Conductual en Facebook, @adrian_psicologo en Instagram y también @ayala022 en TikTok. Escríbeme y comencemos juntos este proceso. Porque después de los 90 minutos, lo más valioso no está en el marcador, sino en el aprendizaje emocional que dejamos en el corazón.