La Voz de Durango
En febrero de 2008 -quizá algunos lo recuerden, otros no- el Paseo de Las Alamedas en Durango se convirtió en centro del mundo, en punto de entrecruzamiento entre la tierra y el cielo, cuando la obra escultórica monumental de Juan Soriano llegó a la ciudad y permaneció por espacio de seis meses.
Entre aves, toros y figuras surrealistas, estaba una de sus famosas Palomas, colocada justo en el cruce entre el bulevar Dolores del Río (ojo aquí) y Juárez. A 17 años de ese suceso, y dando también un vínculo con la Paloma de Soriano que se encuentra en La Paz, BCS, es que Paloma Itinerante presenta su imagen para la edición 13 del festival de cine más longevo de Durango.
Obra de la diseñadora duranguense Blanca Maldonado, e inspirado también en el diseño de los carteles de cine polacos y cubanos de la década de los años 70 y 80, es que Paloma Itinerante aborda los ejes de un cine sencillo, hecho sin demasiados artilugios, pero con mucho corazón.
Como escribe Alberto Espinosa Orozco, “las palomas de Soriano se vuelven, entonces. amorfas, densas, pesadas y dúctiles como la plastilina, haciendo de la forma fálica alocados gritos o suspiros en el aire al ser afectadas por la pasión del movimiento –como si el sacrificio de la paloma intentara expiar aún en esa baja estofa lo que hay en ella de ignorancia y negligencia”.
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