En Morena, al que pongan gana, por eso todos quieren.
Por: Aarón Quiñones
No hay plazo que no se cumpla ni fecha que no se llegue y a las elecciones del 2025 les está llegando el tiempo de las definiciones. Para el próximo 15 de diciembre a más tardar las mediciones y las decisiones respecto a las posibles candidaturas a las 39 alcaldías del estado de Durango tienen que definirse.
Al interior de los partidos existe mucha incertidumbre, muchos han levantado la mano para encabezar los esfuerzos para mantener la capital o para conquistarla.
Hace poco Movimiento Regeneración Nacional (Morena), muy al estilo del viejo PRI, presentó nuevas adhesiones emanadas de otras corrientes políticas como Elvira Silerio, hija del celebre ex gobernador priista Maximiliano Silerio Esparza, y el presidente municipal de San Pedro del Gallo Salvador Carrasco Sáenz, abanderado inicialmente por Movimiento Ciudadano y de carrera muy polémica por que fue sancionado por violencia política en razón de genero.
Esta pequeña muestra de músculo político no es más el preámbulo de lo que viene para el 2025. En Morena los pronósticos son muy positivos, la “marca” que construyó su carismático líder fundador pesa y mucho en cada votación.
En el partido guinda están seguros de que quien encabece, quien sea, podrá ganar con sólo ser el representando del partido con la mayoría absoluta en todos los escaños políticos.
Las encuestas que tienen en su poder los regeneracionistas les dan varios puntos de ventaja respecto a su competencia más cercana, cada elección es completamente diferente a la otra, pero estas mediciones son la base para poder llevar a cabo una buena estrategia electoral. A Morena le da para ir solo en la capital y tal vez unirse con sus partidos satélite en otros municipios, pero la encomienda es clara hay que quitarle al PRI y al PAN Durango capital, Gómez Palacio y Lerdo. Los otros municipios importan sí, pero las concentraciones más importantes de personas y capital económico están en estas tres entidades.
Morena probablemente esté optando por una alianza parcial con Verde y del Trabajo en estas tres ciudades que necesitan las preferencias sumadas, en las otras 36 alcaldías la historia será totalmente diferente, se puede dividir el “banquete” o también puede darse una “morenización” del estado, ¿pero por qué?…
Los resultados de los programas sociales están dando sus frutos, la idea generalizada de un “bienestar” emanado de estos esquemas se ha clavado en lo más profundo de un sector importante de la población, la aceptación de la presidenta Claudia crece, directamente proporcional a la baja la calidad de sus adversarios. El PRI y el PAN no tienen liderazgos firmes y consolidados con una claridad social y moral suficiente para hacerle frente a la científica, no se ofendan, no los tienen.
El intento de ganar simpatías de Alito Moreno haciendo ademanes de valentía, con sus múltiples escándalos relacionados con la corrupción, con sus enfrentamientos personales con miembros importantes de su partido, con su enemistad ganada a pulso con la prensa, y luego el PAN aunque ya no desde la dirigencia, Marko Cortés que se encargó de evidenciarse a sí mismo y a su partido con la repartición de cuotas políticas con el gobierno de Coahuila, y su “idea” de pedir la intervención extranjera para solucionar una problema de seguridad interna tiene por los suelos la esperanza de cambio, sin contar que su relevo Jorge Romero también está señalado en un caso enorme de corrupción.
En estos momentos es tanto el dominio que tiene Movimiento Regeneración Nacional que algunos expertos aseguran que tendrán que pasar hasta 70 años para poder ver el declive de esta fuerza política, que a pesar de que el expresidente Andrés Manuel López Obrador sumió al país en control del narcotráfico y convirtió la horrorosa violencia en el pan nuestro de cada día la gente no dejó de creerle, la gente siguió confiando en él y los suyos a pesar de sus mentiras, de sus descaradas venganzas, de su afán rencoroso, la población vivió la inseguridad de primera mano y aún así siguió votando por su partido.
A Durango no le vendría mal tener una capital morenista, eso de alguna manera sería el postre del platillo de la presidenta que también tiene ambiciones totalitarias, quiere todo, por más pequeño que sea no importa, lo trascendente es el control, entre más control menos posibilidades del surgimiento de una verdadera oposición, si embargo, en un estado gobernado por la alianza opositora dependiendo el personaje, le haría más llevaderos y prósperos los años que le faltan al gobernador priista Esteban Villegas, pero un alcalde capitalino completamente adverso le darían una incomodidad no sólo al mandatario estatal sino a todos los duranguenses.