Por: Aarón Quiñones
Este fin de semana cientos de duranguenses se vieron sorprendidos con la distribución, mano a mano como se hacía antes, de panfletos y pasquines políticos relacionados, primero al movimiento de la Cuarta Transformación y segundo, con la selección de candidatos para la Presidencia Municipal de la capital.
En la política nada es coincidencia, las mediciones y los cálculos previo a la contienda se hacen con toda la intención de revelar datos de métrica política, a palabras simples “como andamos”.
Un panfleto denominado “La Razón de Durango” subió a la contienda capitalina al actual munícipe Antonio Ochoa, al secretario de Educación Guillermo Adame, al director del Instituto Tecnológico de Durango (ITD) Guillermo de Anda y al excandidato a senador por Movimiento Ciudadano, Jorge Salum.
Otra publicación denominada Regeneración Durango, que se adjudica como el periódico oficial de Morena no nombró directamente al exsenador José Ramón Enríquez como aspirante, pero casualmente dedicó su edición número 1 a sus logros y esfuerzos, para ponerlo en el candelero político.
Toño Ochoa no se ha manifestado abiertamente en participar en el siguiente proceso electoral para buscar por primera vez en la historia de Durango la reelección de un alcalde, hay que recordar que Enríquez Herrera lo intentó, pero fue derrotado por el voto de castigo que fue encabezado en ese entonces por el panista Jorge Salum. Sí, otra vez estos tres nombres juntos.
Toño Ochoa tiene naturalmente ventajas, el conocimiento publico de su nombre, sus acciones populares, el reordenamiento administrativo con la fusión de dependencias, los comedores comunitarios, la construcción de un nuevo hospital del niño, el comienzo del parque lineal y su presupuesto participativo, esos son los factores positivos, pero como negativos está sobre exposición y desgaste de su imagen, los servicios públicos municipales que son prácticamente imposibles de solucionar en su totalidad, siempre va a haber alguien inconforme con los baches, pavimentación, luz y áreas verdes y la casi cultural costumbre duranguense de echarle la culpa de todo lo malo al gobernante en turno.
Guillermo Adame como positivo tiene toda la experiencia como operador político, fue uno de los principales artífices de la exitosa campaña del hoy gobernador Esteban Villegas Villarreal, ha sido de los más allegados al mandatario estatal y eso es una ventaja práctica y explícita porque hay que recordar que la palabra del jefe político de Durango pesa.
Tiene bajo su encargo una de las secretarías más importantes, de las más extensas, de las más políticas; lidiar con el gremio de la educación no cualquiera puede hacerlo y tener a los profesores contentos o por lo menos no en la calles protestando es un logro que se tiene que reconocer.
Como negativo el desconocimiento de su nombre en la población en general, la relación con otras administraciones, la falta de experiencia en la competencia directa por la búsqueda del voto, ese carisma que se genera con las acciones en la calle puerta por puerta.
Guillermo de Anda, director del Instituto Tecnológico de Durango (ITD) que no tiene mucho de haber llegado a Durango, fue elegido desde la ciudad de México para venir a esta capital y sustituir a una duranguense, su cercanía y relación con Morena es tal vez su mayor ventaja, recientemente intentó competir por una posición federal o local en las pasadas elecciones, pero no fue su turno. Con más experiencia como docente y profesional de la ciencias técnicas tiene a su favor el trabajo realizado en el instituto y el conocimiento de su nombre a través del alumnado.
Como negativo, el director del Tecno no es muy conocido en toda la capital, sólo el sector educativo relacionado tiene conocimiento de su presencia y su posible aspiración política, también le falta experiencia en la competencias directas en la búsqueda del voto, no tiene al cien por ciento amarrados ciertos sectores empresariales que le pudieran dar respaldo y tampoco tiene garantizado desde la Ciudad de México el apoyo morenista.
Jorge Salum fue y ha sido un excelente candidato, lo mejor de este duranguense se ha dado en las campañas políticas; más de una decena en las que ha participado y ganado en su momento, su simpatía y relación cercana con la gente en los recorridos de campo lo posicionaron como un político de territorio, tiene una amplia experiencia en todos los campos políticos.
Lo negativo para Salum del Palacio han sido los resultados de su última administración, su paso a Movimiento Ciudadano llamado chapulineo, un lamentable episodio en su salud afectó tal vez su mayor característica; los recorridos callejeros y la cercanía con la gente ya no son su fuerte, además que otros sectores con los que tuvo compromisos ahora no están presentes y se vio reflejado en las ultimas elecciones en las que participó como aspirante al Senado.
José Ramón Enríquez es una mente privilegiada, no sólo en su profesión como médico cirujano, sino como empresario de la salud y en su momento de la política, tiene buena relación con los altos mandos morenistas y es bien visto por un sector de este partido; sus negativos, la reciente falta de exposición mediática, sus resultados durante su paso como alcalde capitalino, sus cambios de partido (chapulineo), la relación con personajes no bien vistos por la sociedad y lo más complicado que la mayoría de los sectores de Morena en lo local no lo apoyan.
Estos nombres que surgen para ocupar el cargo de la presidencia municipal son sólo una parte de los aspirantes, además hay que recordar que las disposiciones electorales en tema de paridad de género pueden cambiar radicalmente las apuestas para competir de cada partido.
